Eurocopa

París

España siempre responde

Desde el gol de Torres en la final de Viena, «La Roja» se ha acostumbrado a dar lo mejor de sí en los encuentros decisivos

Piqué y Ramos se abrazan tras la victoria en el Stade de France
Piqué y Ramos se abrazan tras la victoria en el Stade de Francelarazon

Acostumbrados a jugar cada semana el partido del siglo, los futbolistas de la Selección española han aprendido a economizar esfuerzos para ofrecer su mejor versión en los encuentros decisivos.

Acostumbrados a jugar cada semana el partido del siglo, los futbolistas de la Selección española han aprendido a economizar esfuerzos para ofrecer su mejor versión en los encuentros decisivos. En partidos como el disputado el martes en Saint Denis, cuando todo parece en contra y «La Roja» se juega el futuro y el prestigio, aparece la mejor España. El entorno debatía si el empate ante Finlandia significaba el fin de un ciclo ganador o el agotamiento de un estilo. Pero la mejor manera de enfrentarse a los retos es la naturalidad y la confianza en tus propias posibilidades. Algo a lo que contribuye especialmente el seleccionador, Vicente del Bosque. Antes del encuentro insistía en considerar la repesca como una posibilidad y no como una tragedia. Vicente sabe de dónde venía España antes de ganarlo todo, de jugar una eliminatoria contra Dinamarca para llegar a la Eurocopa 2008.

«No tenemos ninguna ansiedad. En el último partido jugamos bien, con un gran dominio. Jugamos en el borde de su área, pero es verdad que nos debe preocupar que no marcamos», decía el técnico antes del partido. Del Bosque analiza algo más que el resultado para llegar a la conclusión de que la mejor manera de llegar a la victoria es que España juegue a su manera. «Hemos ganado con nuestro propio estilo, que no debemos cambiar, porque nos va bien. Hemos ratificado nuestras ideas y convicciones», decía orgulloso tras el partido.

La naturalidad es la clave de esa manera de enfrentarse a todo que tiene «La Roja». La misma que utiliza para acabar con las diferencias entre Piqué y Ramos –«son chicos majos y si no se llevan bien, que se lleven»– es la que aplica para la convivencia general. El ejemplo son los días previos a la final de la pasada Eurocopa. La plantilla estaba más metida en sí misma que nunca en los últimos tiempos y se restringió el acceso de los medios a los internacionales. Hasta que «La Roja» derrotó a Portugal en las semifinales. Al día siguiente, los internacionales se trasladaron a «vivir» su jornada de descanso al hotel de la prensa, que era el mismo de sus familiares. Y dos días antes del encuentro decisivo ante Italia, Del Bosque atendía a los medios en el hall del hotel rodeado de los hijos de los internacionales. Los gritos y las carreras de las criaturas se mezclaban en las grabadoras con las palabras del seleccionador. Su solución fue hablar un poco más alto. Lo importante para el técnico es que los futbolistas estén tranquilos. Y nunca están más tranquilos que cuando se acerca un partido decisivo.

Durante años, «La Roja» se acostumbró a brillar en los amistosos que jugaba siempre en casa y a completar fases de clasificación más que dignas. En las fases finales llegaban los fracasos y las decepciones. Pero el gol de Torres a Alemania en la final de la Eurocopa 2008 cambió la mentalidad del fútbol español. España había encontrado un estilo y por el camino había derrotado a Alemania y a Italia. Esos penaltis en cuartos contra la que era la campeona del mundo liberaron a España de los traumas vividos por varias generaciones.

Y el triunfo llegó en aquella Eurocopa austriaca cuando nadie daba a España como favorita. Antes, era la Selección la que miraba con respeto a los contrarios, la que cambiaba su alineación para tapar las virtudes del rival. Ahora son los otros los que se adaptan al juego de España. Como hizo Francia en la Eurocopa y volvió a hacer el martes. «Te obliga a defender», decía el seleccionador, Didier Deschamps. Y, además, lo más normal es que gane. España siempre responde.

Francia se rinde a «la roja»; por Marta Aparicio

Si perder en casa contra la campeona del mundo y la eterna rival no suponía bastante suplicio, los franceses tuvieron que soportar ayer una penitencia todavía mayor. No vale con sufrir a los españoles únicamente dentro del terreno de juego. La victoria de «La Roja», su más que conocido estilo y el carisma de sus protagonistas coparon ayer las portadas de la prensa gala. «Una pequeña lección de español», rezaba el titular del diario «La Dépêche», elogiando el juego de los de Del Bosque. «Le Figaro» y «Aujourd'hui» prefirieron destacar la derrota francesa con frases como «Los ''bleus'' regresaron a la tierra» o «''La Roja'' es más fuerte que Francia». Los «journal» no escatimaron en detalles a la hora de alabar el buen hacer de la selección vecina y, como apuntaba «L'Equipe», «La cabeza se dio la vuelta», o lo que es lo mismo, las tornas cambiaron y España recuperó en París la hegemonía y la primera plaza del Grupo I. Otro de los rostros del día fue el criticado Benzema. Después de la pitada de Saint Denis, la prensa gala le definió como un «paria».