Barcelona
Ídolo Neymar
Romario, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho... PSV Eindhoven, Deportivo, Paris Saint Germain... Las grandes estrellas brasileñas que han triunfado en el Camp Nou tenían en común su paso previo por otro club europeo en su salto al Barça. Una etapa que les sirvió para adquirir formación y adaptación a un fútbol muy distinto al suyo. Se entendía como algo necesario para que el jugador creciera y llegara al club azulgrana en el momento idóneo de su carrera. Neymar se está encargando de destrozar todas estas teorías. De romper moldes. De demostrar que no hace falta ningún paso previo para triunfar en el Barça si se tiene la calidad suficiente y, sobre todo, la cabeza bien amueblada. Y, a día de hoy, Neymar parece el futbolista más centrado del mundo.
El Valladolid sufrió el sábado todo el repertorio de la joven estrella brasileña. Regates, pases de gol, goles... Una de las razones que impulsaron al Barcelona a perseguir su fichaje fue su capacidad de desequilibrio, una tarea que hasta ahora recaía exclusivamente en las botas de Leo Messi. Hasta la llegada de Neymar, los partidos que afrontaban los azulgrana sin Leo eran vistos con cierto temor. A partir de ahora, la presencia de «Ney» supone una nueva amenaza para los rivales. Tienen claro en el vestuario que Messi sigue siendo el número uno. Neymar es el primero que lo sabe y actúa en consecuencia. Pero la adaptación a pasos agigantados que está teniendo el brasileño le hace ganar muchos enteros en este sentido.
Lo que Neymar transmite sobre el terreno de juego no es más que una traslación de la estabilidad que goza fuera de él. Desde el primer día que llegó a Barcelona, el brasileño se siente muy cómodo. Casi toda su familia le ha acompañado, además de un reducido grupo de amigos –los «Toiss»–, que viven en su misma residencia de la zona alta de la ciudad. Puntualmente recibe también la visita de su hijo, Davi Lucca, con el que pasa el máximo tiempo posible. Su conexión con la afición, además, es total desde el 3 de junio, cuando fue presentado ante 56.500 personas en el Camp Nou.
Pero lo que más preocupaba a Neymar, lo que realmente le cohibía, era su entrada en un vestuario lleno de estrellas como el del Barça. La admiración que profesa por la mayoría de los «cracks» azulgrana ha ayudado mucho a su integración con los compañeros. Exhibe una humildad impropia de un jugador de 57 millones de euros. Y su generosidad sobre el campo es muy apreciada por sus compañeros, que ya le ven como uno más de la pandilla. Martino charla muy a menudo con él en privado para intentar que mantenga los pies sobre la tierra y no caiga en las provocaciones de los rivales. Neymar le está respondiendo a las mil maravillas.