Papel

Iker y el Bernabéu no se aguantan

La Razón
La RazónLa Razón

Ante el Valencia, la noche en la que el Madrid se dejó definitivamente sus opciones a conquistar la Liga, se consumó el divorcio entre Iker Casillas y una parte cada vez más representativa de la grada del Bernabéu. Ídolo para la afición madridista desde prácticamente su debut, dejó de ser intocable para la grada hace dos temporadas, en la última con Mourinho en el banquillo; de igual manera le ocurrió en el primer año de Ancelotti, cuando éste prefirió a Diego López para jugar la Liga. Pero esta temporada ha sido la del enfrentamiento total entre el capitán y legendario portero y el respetable merengue. El día en el que tanto la afición como Casillas le dijeron «basta» a la otra parte.

- Vía crucis

Más allá de silbidos espontáneos aquí y allá, la primera gran pitada que escuchó Casillas en toda su carrera por parte de su propia afición llegó a las primeras de cambio esta temporada. Fue en la tercera jornada ante el Atlético de Madrid, partido que ganaron los rojiblancos por 1-2. Tiago, de cabeza al primer palo, marcaba el primer tanto en un Bernabéu que la tomó desde entonces con su portero. Probablemente aquel gol no fue su culpa, aunque le reclamaban que cubriera el primer palo, algo que los porteros no suelen hacer en los córners. Pero lo cierto es que la situación, lejos de ser anécdota, se ha convertido en habitual. Porque Casillas se ha mostrado toda la temporada muy inseguro en el juego aéreo (de hecho, ni siquiera sale ya lejos de los palos a por los balones); no ha hecho apenas paradas salvadoras, de esas que suman puntos; y ha cometido más errores de lo habitual, como en el primer gol del Atlético en el sonrojante 4-0 del Calderón, el 2-1 del Barcelona en un Clásico que decidió media Liga o los que estuvieron a punto de darle el pase al Schalke 04 en octavos de «Champions». Los pitos no se quedaron en aquella protesta minoritaria de la jornada tres, sino que se han ido repitiendo durante toda la campaña en el Bernabéu con regularidad, haciendo que Ancelotti le concediera la titularidad a Keylor Navas en 5 jornadas, todas ellas disputadas en el Bernabéu. Y se ha sumado cada vez más gente, ya fuera por algún error del meta o simplemente al ser anunciado su nombre en megafonía. Algunos incluso han mostrado su descontento con Casillas de muy malas formas. Palabras muy gruesas a través de las redes sociales, hacia él o su familia, o incluso en pintadas muy cerca de donde tiene fijada su residencia, han sido habituales todo el año.

- Explotó

Lo cierto es que Iker llevaba hasta el sábado con serenidad y paciencia su situación. Siempre ha declarado que la grada tiene el derecho a expresarse. Incluso hace una semana dijo que vivía «en una diana constante» y que se lo tomaba «con humor». Pero tras ser culpado por la grada del primer gol valencianista y recibir el castigo de la tribuna durante el resto del encuentro, explotó al fin: «¡A tomar por culo ya con los pitos de los cojones! ¡Qué pesados, joder! ¡A la mierda ya!». No aguanta más y muchos no le aguantan a él. Sólo parece haber una salida.