Fallece Di Stefano
Inventó el fútbol total
Ayer fue un día de luto para el fútbol mundial, de punta a punta del planeta, desde Tierra de Fuego hasta Melbourne. Don Alfredo di Stéfano no fue sólo el hombre que cambió la historia del Real Madrid, fue el inventor del fútbol total, y dominaba en su época con una energía y una forma física impropias de ese momento. Y fue un ejemplo para las nuevas generaciones, el inspirador de la posterior «Naranja mecánica» liderada en el campo por Johan Cruyff y en el banquillo por Rinus Michels.
En aquellos años los equipos jugaban con más futbolistas de ataque. En el Real Madrid, Gento (izquierda) y Kopa (derecha) estaban en las bandas y Puskas era el hombre más adelantado; entre líneas, por detrás de él, aparecían Rial y Di Stéfano, que llevaba el «9» a la espalda, pero su sitio era cualquier parte del campo. Don Alfredo tenía un carisma tan grande que era la continuidad del entrenador en el césped y transmitía esa fuerza a los compañeros y a la grada. Era un ganador nato. Por eso tenía capacidad para recuperar el balón, distribuirlo y finalizar la jugada. Todo en el mismo futbolista. Se descolgaba del medio para bajar a recibir, llevaba el esférico unos metros más adelante y allí comenzaba a fluir el fútbol de ataque, que en muchas ocasiones finalizaba él mismo. Si no tenía la pelota, la iba a buscar y después, con él y Rial, empezaba a funcionar la maquinaria del Madrid. Tenía una gran calidad individual, pero a la vez un sentido colectivo del fútbol para asociarse y buscar las paredes con los compañeros. También era un gran finalizador. Era diestro, pero manejaba las dos piernas e iba muy bien de cabeza. Estaba en constante movimiento y llegaba al área contraria por habilidad o sorprendiendo con las entradas desde atrás.
Revolucionó el mundo del fútbol y fue el escaparate de Europa, porque con él sobre el césped fue cuando empezó a disputarse la Copa de Europa, la máxima competición a nivel de clubes. Se puede decir que marcó un antes y un después en el fútbol moderno. También que con Di Stéfano ha fallecido el primer entrenador.
Muchas veces se espera a que sucedan desgracias como ésta para hablar bien de alguien, pero en el caso de Don Alfredo –y nos referimos ya a la persona– se merece que digan de él que era un hombre bueno, amigo de sus amigos y cariñoso, pese al carácter y a la fuerte personalidad que tenía. Era una persona especial y nos ha dejado.
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