La hora de Zubizarreta

barcelona- Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, presidente y vicepresidente deportivo del Barcelona respectivamente, mantuvieron dos reuniones con Tito Vilanova en Nueva York la semana pasada. En ellas no sólo se interesaron por su proceso de recuperación y su estado de salud, que era lo primordial, sino que trabajaron intensamente en todos los aspectos que rodean la marcha del equipo y comenzaron a planificar la próxima temporada. Estaba previsto que Andoni Zubizarreta se subiera al avión junto a Rosell y Bartomeu, pero el director deportivo azulgrana decidió quedarse en Barcelona para arropar al equipo. Tras caer en el Camp Nou ante el Madrid, Zubi entendió que debía estar al lado de Roura y los jugadores.

Aunque decisiva, por quedar fuera de la Copa, y dolorosa, por ser en el Camp Nou, la derrota copera no acabó de encender todas las luces de alarma que debían en el Barça. Han tenido que sufrir los azulgrana una segunda debacle ante el Real Madrid en apenas cinco días para que más de uno se quite definitivamente la venda de los ojos y admita que hay algo que no va bien. Que no funciona como debería. Que las últimas derrotas no son fruto de la casualidad, sino de un bajón del equipo en aspectos varios que debe ser solventado para evitar tirar por la borda lo que parecía otra temporada inolvidable de este Barcelona. Y en este escenario, la figura de Zubizarreta se antoja fundamental para salir adelante. Para superar un bache que tiene demasiadas reminiscencias del pasado como para que pase inadvertido. Porque la situación no es tan grave como alguno parece creer, pero es necesaria una mano de pintura. La ventaja en la Liga sigue siendo cómoda. Se ha caído en la Copa y Europa está pendiente de una gesta.

No faltan las voces que apuntan a la ausencia de Vilanova como una de las principales causas de los últimos resultados. La rutina es muy peligrosa y sin la presencia del principal responsable del equipo, la posibilidad de que algunos jugadores se acomoden está sobre la mesa. Pero lo de Tito no tiene solución. Mucho antes que los resultados, está su salud. Y su recuperación total sería el mejor título para el Barcelona –y para todo el mundo del fútbol– esta temporada. Sin Vilanova, Roura ha cogido el timón y está recibiendo las primeras críticas. Pero se está siendo muy injusto con él. Ha asumido una responsabilidad que no le toca. Por lealtad y por responsabilidad. Pero las decisiones se toman en Nueva York, incluso durante los partidos. Roura interviene en ellas, para eso es el ayudante de Vilanova, pero su opinión no es definitiva. Y ser el pato de feria no es su cometido. Por eso, Zubizarreta está obligado a dar un paso adelante. A asumir él la responsabilidad que sí le toca y volver a dejar a Roura en el segundo plano del que habla su contrato. Literal y metafóricamente, las espaldas de Zubi son muy anchas y son las que deben lidiar con esta situación en ausencia de Vilanova. El gesto de quedarse en Barcelona en lugar de viajar a Nueva York es un primer paso, pero tras dos derrotas ante el Madrid la pelota vuelve a estar en su tejado. Debe dar otro paso y asumir la responsabilidad. Tito es su apuesta personal y a él le toca cargar con el peso que supone su ausencia. La palabra de Zubi es ahora la palabra del Barça.

Rosell, ante el regreso de los «Boixos Nois» al Camp Nou

La aparición de una bengala en el Camp Nou el pasado martes provocó un efecto dominó por el que se ha descubierto que algunos miembros de los «Boixos Nois» y aficionados considerados como «peligrosos» por la Policía catalana han sido identificados en las gradas del estadio azulgrana en recientes partidos. Un asunto sobre el que Rosell podría responder en público hoy mismo, en la presentación de un acuerdo con Qatar Airways.