Atlético de Madrid
La maldición del penalti
El Atlético ha fallado cinco de los últimos ocho lanzados. Desde los errores de Griezmann y Juanfran en Milán, el equipo está gafado
El Atlético ha fallado cinco de los últimos ocho lanzados. Desde los errores de Griezmann y Juanfran en Milán, el equipo está gafado
Once metros. Enfrente una portería de 7,32 de ancho por 2,44 de alto y un guardameta solo, concentrado, tratando de poner nervioso al lanzador con el fin de adivinarle su intención. Y allí, en el punto fatídico, como dicen los clásicos, se han colocado Griezmann, Torres, Juanfran, Gabi y Gameiro, entre otros, con un objetivo claro: intentar que el balón se aloje en la red, que el portero se tire a otro lado o que se quede quieto. El lanzador, se supone que es un experto y que ensaya todos los días en los entrenamientos, tiene ventaja. Sin embargo, eso en el Atlético no pasa. La maldición del penalti o de los once metros parece que se ha apoderado de los jugadores rojiblancos y para ellos la pena máxima –como también dicen los clásicos– se convierte en mínima. Gameiro es el último ejemplo.
Los aficionados rojiblancos se lamentan. Si el francés hubiera marcado el «regalito» que le hizo el colegiado Gil Manzano el partido, quizá, hubiera tomado otro cariz porque el Barcelona estaba prácticamente en la lona y el Atlético ponía cerco a la portería de un excepcional Cillessen. Gameiro, que era infalible en el Sevilla y que había forzado el penalti, pegó tan fuerte a la pelota que ésta se estrelló en el larguero. Un error que no permitió al equipo de Simeone empatar la contienda y tener más tiempo para buscar el segundo gol. La igualada llegó demasiado tarde (min 82) y el segundo tanto no se produjo, aunque por méritos el Atlético se hizo acreedor a la prórroga.
¿Mirar al pasado? ¿O a la estadística? En la historia del Atlético hay muchos penaltis fallados. En el recuerdo, algo lejano, están dos finales de Copa malogradas desde los once metros. Una frente al Real Madrid (1975) en el Vicente Calderón y la otra ante la Real Sociedad (1987) en Zaragoza, en el día que Jesús Gil accedió a la presidencia del club.
Lo más reciente nos lleva al 28 del pasado mes de mayo en Milán. Era una final ante el eterno rival. Y Griezmann manda a las nubes su lanzamiento. Era el empate a uno tras el gol en fuera de juego de Sergio Ramos, pero no. En la tanda para decidir al campeón el francés sí convirtió y fue Juanfran quién marró. La pelota dio en el palo y salió fuera. Cristiano no perdonó. Habrá, no obstante, que recordar que el Atlético eliminó al PSV desde los once metros y que en la temporada anterior (14-15) también superó al Bayer de esa guisa. Antes de Milán fue Torres el que marró en Múnich, en un choque en el que el alemán Müller también falló.
El presente nos confirma que Griezmann en tres ocasiones (Bayern, Valencia y Leganés), Gabi (Valencia) y Gameiro (Camp Nou) no han dado con la tecla. El francés (Alavés), Torres (Sporting) y Saúl (Guijuelo) sí acertaron, pero el balance es negativo. Lo más preocupante es lo de Griezmann al que Simeone le exculpó el pasado sábado, con cita de Maradona incluida. Todos fallan es cierto, pero lo del Atlético es más grave.
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