La plantilla sí se conjura como pidió Florentino

Para hacer piña, confraternizar después de las tensiones de los últimos tiempos y conjurarse hacia la conquista de la Copa del Rey, la plantilla del Real Madrid quedó hoy para comer. La cita fue en «El Filandón», en El Pardo, un lugar alejado del asfalto y de los flashes en las aceras de los restaurantes madrileños, y tras el entrenamiento. Hubo pocas ausencias de jugadores y al completo del cuerpo técnico. A pagar, los fichajes de este año: Modric, Essien y Diego López.

Mourinho y sus ayudantes son poco dados a quedar en grandes grupos. Se cuentan con una mano, y muchas serían cinco, las veces que «Mou» ha quedado a comer con sus pupilos. Sería una buena forma de quitarle hierro a las desavenencias surgidas los últimos meses, ahora que la temporada está a punto de terminar, el ambiente debe ser el mejor para encarar la final copera y, además, mejor marcharse despidiéndose de todos que esquivándose o con frialdad. Un «pelillos a la mar», que se dice vulgarmente.

Los jugadores sí son capaces de sobreponerse a los roces. Si en algún momento, por causas ajenas o propias, pudo haberlos -o, al menos, resquemores- entre la terna Antonio Adán, Diego López e Iker Casillas, no queda rastro. Desde luego, no hay mejor síntoma que la presencia de los tres en el almuerzo organizado ayer y cómo se retrataron juntos, unas fotografías que luego los protagonistas fueron colgando en sus respectivos perfiles de las redes sociales.

Los jugadores, como su presidente, Florentino Pérez, comparten la necesidad de unión en los últimos compases de la temporada. «Debemos dejar de pensar en los egos individuales y centrarnos en el equipo; pensar en la final. Quizá sea el momento de decir basta a las polémicas; del míster, de Iker, de Pepe...», sentenció Sergio Ramos hace pocos días, relajado mientras acudía a la Caja Mágica en uno de los partidos del reciente Masters de tenis de Madrid.