Leo Messi

Messi también conquista al indomable Ibrahimovic

La Razón
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«No tenía hambre, tenía mucha hambre». Así explicó su infancia Zlatan Ibrahimovic durante la presentación de una autobiografía en Francia, en París, donde está protagonizando su enésima aventura en el fútbol europeo. Y así se explican muchas cosas. El PSG del jeque Hamad Al-Thani es el último destino de este delantero que ha pasado por los mejores clubes del mundo, un genio con el balón que a la vez siempre ha sido compañero de la polémica por su fuerte carácter. Un carácter forjado desde esa niñez, en el barrio de Rosengard, considerado un gueto en Suecia, pero «un paraíso» para «Ibra». Así es él, encantado de la imagen de rebelde que transmite y que conocen bien en Barcelona, sobre todo Guardiola, que dicen que no podía sostenerle la mirada cuando tenían una discusión. Ibrahimovic sólo duró un año en el Barça (2009/10), lo que no es de extrañar, dado que en la Juve o el Milan apenas pasó dos y en el Inter tres. Empezó bien, pero el cambio de posición de Messi a «nueve mentiroso» le apartó de los focos, le llevó a varias peleas con Guardiola y al banquillo en los partidos decisivos. «Nunca tuve problemas con Messi», ha repetido siempre el sueco, aunque sus formas de jugar no casaran demasiado. «Ibra» sólo tiene palabras buenas hacia su rival de hoy. «Jugamos contra el que probablemente sea el mejor equipo de todos los tiempos», dijo ayer sobre el Barça. «Creo que el Balón de Oro debería llevar el nombre de Messi, porque lo va a ganar todavía muchos años. Es el mejor del mundo», afirmó sobre Leo. Los que conocen al sueco le achacan pensar más en sí mismo que en el equipo. Ha ganado ligas nacionales en Holanda, Italia y España, pero nunca una competición europea, su gran cuenta pendiente. Ahora se ve más maduro. «No me siento el número uno del PSG; sin el equipo no sería nada», reconoció. Aunque el equipo sí le apunta a él. «Es difícil parar a Messi, pero también a Ibrahimovic», piensa Ancelotti. «Tiene una presión muy grande», opina su compañero Thiago Silva. Lo que no le cambia a Ibra es su forma de ser. «Volvería a actuar de la misma forma», admite sobre su paso por el Barça, al que ya se enfrentó la temporada pasada con el Milan en esta misma ronda. El partido de hoy estuvo a punto de perdérselo por una expulsión absurda que sufrió ante el Valencia. Le sancionaron con dos partidos que la UEFA dejó en uno, por lo que hoy estará en el Parque de los Príncipes. «Es un fuera de serie», lo define Villa. Pocos jugadores tan altos (1,95 metros) son tan buenos con la pelota. En Europa sólo ha marcado dos goles, pero ha «regalado» cinco. En la liga gala suma 25 tantos en 27 partidos. Es letal, si sabe controlarse.