Mundial 2018

Inglaterra pierde ¿y gana?

El belga Adnan Januzaj disputa un balón en presencia del inglés Ruben Loftus-Cheek / Efe
El belga Adnan Januzaj disputa un balón en presencia del inglés Ruben Loftus-Cheek / Efelarazon

La selección de Bélgica se impuso a Inglaterra por 0-1 con un golazo de Adam Januzaj que le deja como primera del Grupo G

En la historia del deporte se ha dado muchas veces lo sucedido ayer en Kaliningrado. Se plantea un pequeño conflicto moral porque ganar, que es la esencia y el objetivo de todo jugador, en teoría («muy en teoría» en este Mundial de las sorpresas) era contraproducente a largo plazo. Vencer y ser primero del Grupo G suponía tener un rival más fácil en octavos (Japón, en lugar de Colombia) pero entrar en la parte del cuadro en teoría más complicada, porque por allí van Brasil, Argentina, Francia o Uruguay, lo que traducido a Copas del Mundo ganadas suman un total de diez. Casi todos los equipos con tradición en esta competición van por ahí, tienen el peso de la historia, aunque la realidad de lo que se está viendo en Rusia es que Croacia ha mostrado el mismo peligro, si no más, que algunas de los mencionadas.

Pero el planteamiento, en principio, era complicado, confuso, dividido entre hacer lo que se debe y hacer lo que se quiere o lo que más te favorece. No es que nadie vaya a dejarse ganar, es una cuestión de intensidad, de saber que si pierdes (o empatas, en el caso de Bélgica), no pasa mucho. Como si hubiera una vocecilla, el clásico diablillo malo de los dibujos, que te dice que tranquilo. Desde la alineación, ninguna de las dos selecciones se tomó el duelo al ciento por ciento. Si en Inglaterra no estaba Kane de inicio, o Sterling o Trippier, en Bélgica el lujo estaba en el banquillo más que en el campo: De Bruyne, Hazard y Lukaku. Pese a todo, fue el equipo que dirige el español Roberto Martínez el que más puso para ganar. Por momentos, los jugadores de ambos conjuntos no sabían muy bien cómo comportarse una vez que llegaban a la zona de peligro, pero los belgas sí probaron con determinación a Pickford, sobre todo en un disparo de Tielemans y otro de Batshuayi que entre el guardameta y Stones evitaron que se convirtiera en gol.

Paralelamente al marcador de los goles empezaba a tenerse en cuenta el de las tarjetas. Inglaterra y Bélgica llegaban empatadas en el «gol average» y los goles a favor, de ahí que, con los mismos puntos, el liderato del grupo lo decidía el juego limpio, las tarjetas. Empezaban los «pross» con ventaja (2-3, en este caso, tener menos es ir por delante) y antes del descanso la ventaja ya era de 2-5, pues Tielemans y Dendoncker fueron amonestados. La única opción de Inglaterra de quedar segunda era perder o sufrir una expulsión, que ya hubiera sido un exceso.

Como Bélgica era quien más estaba buscando el gol, fue quien lo acabó encontrando. Un golazo, además, de Januzaj, futbolista de la Real Sociedad, que chutó a la escuadra después de una buena maniobra dentro del área. Faltaba por ver si habría alguna reacción en Inglaterra. No la hubo en el banquillo, pues el Pichichi Harry Kane no disputó ni un minuto. No agotó Southgate los tres cambios. En el campo, Rashford estuvo cerca del empate, pero ajustó demasiado el balón ante la salida de Courtois y lo mandó fuera por poco. Atacaron más los ingleses, pero sabiendo que si no empataban tampoco iban a montar un drama. Fueron llegadas, centros colgados al área o alguna falta lateral, pero no peligro real. De sus trece remates, sólo uno fue entre los tres palos.

Por tanto, Bélgica se clasificó como primera y desafía al viejo imperio de favoritas. Con la gran cantidad de buenos jugadores, hace tiempo que se espera al equipo que dirige Roberto Martínez, y ganar a las grandes potencias sería la mejor forma de reivindicarse.

Por el otro lado está Inglaterra, que si pasa a la dura Colombia tendría en cuartos a Suiza o Suecia. Una buena oportunidad de volver a las semifinales, algo que no consiguen desde 1990. Va por el camino de España en unas hipotéticas semifinales. Pero, volviendo al principio del texto, todo es teoría. El balón dirá la verdad. Si no, que se lo pregunten a Alemania.