España se enreda pero vence a Túnez

Iago Aspas apareció en los últimos minutos para desatascar un partido en el que la Roja nunca se sintió cómoda. Lopetegui buscó alternativas en la segunda mitad y funcionaron.

España le han entrado las dudas ahora que se aproxima el Mundial. La esencia es la misma, la posesión, la vida en el campo contrario y la asfixia al rival con el balón. A cambio, la Roja deja un agujero a su espalda que ni Busquets ni los defensas supieron contener. Porque el balón era de la Selección, pero las oportunidades fueron de Túnez. Sólo les faltó puntería a los africanos, un equipo ordenado y capaz de llegar con peligro hasta la portería de De Gea.

Túnez aprovechó los despistes del equipo español. Un pase horizontal de Thiago que se perdió en dirección a las piernas de Badri no fue aprovechado después por Sliti. Tampoco en la segunda parte, cuando Busquets se enredó en el borde del área, supo aprovechar Ben Amor la pelota suelta que le quedó en el borde del área.

España, mientras tanto, sufría para encontrar los caminos. Al toque le faltaba sorpresa, se hacía previsible para los tunecinos, que no perdieron el orden en ningún momento. No había agujeros por los que penetrar por más que Jordi Alba lo intentara por su lado. Pero Lopetegui busca soluciones. Si a España le falta velocidad, entra Lucas Vázquez. Si se hace monótona, aparece Marco Asensio. Y si ni siquiera así la portería de Túnez tiembla, modifica el sistema, quita a un lateral para que Iago Aspas acompañe a Diego Costa en la delantera. Y por ahí llegó la solución. Un balón largo de Busquets a la espalda de la defensa dejó a Diego Costa solo frente a Mathlouthi. Pero el delantero del Atlético no supo concretar. Regateó al portero, se quedó sin ángulo, disparó sin éxito y el rebote llegó hasta Iago Aspas, que acompañaba la jugada para marcar el único tanto del partido con un disparo raso que superó a la defensa y al guardameta tunecino.

Ni Diego Costa ni Iago fueron titulares ante Túnez. Los dos habían jugado contra Suiza el pasado domingo, pero era el turno de Rodrigo, que no se dejó ver demasiado. No fue su mejor encuentro, tampoco el de la Roja, pero las señales no deben ser alarmantes. España no ha tenido demasiado tiempo para entrenar con todos sus jugadores, tan sólo esta semana. Y ni siquiera, porque Dani Carvajal sigue sin estar del todo recuperado y a Busquets le dejó tocado una gastroenteritis que le impidió jugar contra los suizos.

A cambio, demuestra que tiene alternativas, que el estilo no es inamovible, que hay más posibilidades en el banquillo para adaptarse a lo que exijan el partido y el rival y que es capaz de reaccionar. Cuestiones que pueden valer mucho en el Mundial. De momento, la Selección de Lopetegui continúa invicta antes de su primer gran torneo. Las señales siguen siendo más positivas que negativas.