Lisboa

Pepe, ese portugués «perseguido»

«Si los medios de comunicación tienen que elegir entre nosotros y un español, ni lo piensan. Para alcanzar a Mourinho nos atacan a nosotros»

GRA373. MÁLAGA, 22/12/2012.- El colegiado Hernández Hernández (i), muestra tarjeta amarilla al defensa portugués del Real Madrid, Pepe, durante el encuentro correspondiente a la decimoséptima jornada de primera división, que han disputado esta noche frente al Málaga en el estadio La Rosaleda de la capital andaluza. EFE/Daniel Pérez.
GRA373. MÁLAGA, 22/12/2012.- El colegiado Hernández Hernández (i), muestra tarjeta amarilla al defensa portugués del Real Madrid, Pepe, durante el encuentro correspondiente a la decimoséptima jornada de primera división, que han disputado esta noche frente al Málaga en el estadio La Rosaleda de la capital andaluza. EFE/Daniel Pérez.larazon

Como suele suceder con los jugadores del Real Madrid, sean foráneos o de la tierra, sólo conceden entrevistas en actos promocionales –según y qué preguntas–, cuando están con sus respectivas selecciones o de vacaciones. Es el caso de Pepe. Llegó a Lisboa para pasar las fiestas navideñas y se confesó en «Récord». «Sí, los portugueses nos sentimos perseguidos», fue una de las perlas que dejó al diario deportivo lisboeta. No caben interpretaciones erróneas porque la entrevista fue grabada también para televisión y convenientemente difundida. El central se explayó y, fiel a su estilo, adoptó el papel de víctima que nunca rompió un plato.

Lo que también hizo fue contaminar la manía persecutoria a sus compañeros en el Real Madrid. «Somos extranjeros y eso se nota hasta en las preferencias de los medios de comunicación. Si tuvieran que escoger entre un portugués y un español, ni necesitan pensarlo dos veces». Es probable que el levantinista David Navarro no piense como él.

Lo peor de estas declaraciones de Pepe es que en Portugal sienten que a sus paisanos del Madrid se les maltrata por ser portugueses. Si Pepe fuese filipino, búlgaro, francés, inglés, polaco, canadiense, uruguayo, holandés, italiano, marroquí, vietnamita, congoleño o swazilandés despertaría idénticos sentimientos, rechazo que una parte de la afición madridista también ha sentido en sus carnes porque este defensa central, con unas condiciones extraordinarias para jugar al fútbol, cada vez que sufre un cruce de cables tira por el desagüe las pocas o muchas virtudes que le adornan.

Pepe ha ejercido de capitán del Madrid por decreto-Mourinho y es el único futbolista de la plantilla intocable para el entrenador, el único. Otros portugueses, como Cristiano o Coentrao, han tenido desavenencias con el técnico y eso les ha costado la titularidad. Y Di María, de la «cuadra Mendes», también ha purgado, y purga.

«Para alcanzar a Mourinho –descubre Pepe– tienen que atacar a los otros portugueses del equipo». Prosigue la «persecución»: «España nunca tuvo un jugador merecedor del Balón de Oro –en su catón no aparece Luis Suárez–, como Portugal con Figo y Cristiano. Y no lidian bien con eso. Existe una mayor presión con los portugueses. Tenemos que estar preparados».

La afición del Madrid también recibe lo suyo, en dosis más pequeñas: «En algunas ocasiones falta calor y apoyo». Eso sí, reconoce que con Casquero se equivocó: «Erré, lo asumí y gracias a Dios no volví a tener ningún episodio similar». Llegó a pensar en la retirada, pero ahí sigue.