Nápoles
Rafa Benítez: Primer día de trabajo
Benítez fue a Valdebebas directamente desde el aeropuerto y mantuvo, hasta la noche, reuniones individuales con todo el «staff» del Real Madrid.
El domingo por la noche, Rafa Benítez dirigió al Nápoles desde el banquillo del San Paolo y ayer por la mañana llegó a Valdebebas para empezar a dirigir el Real Madrid de la próxima temporada. Sin tiempo ni ganas de descanso y sin ocultar a nadie que empieza un nuevo proyecto como entrenador de la primera plantilla del Real Madrid. A la salida de su hotel en Nápoles le esperan varios redactores de la Prensa española y Benítez, acompañado de todo su equipo y de su hombre de prensa, no se escondió: estuvo sonriente el par de minutos que le hicieron preguntas sin negar nada acerca de su futuro. Ha sido el secreto peor guardado. «Estoy preparado», aseguró cuando le preguntaron. Llevaba un balón firmado por los jugadores del Nápoles.
Llegó a Madrid y se fue directamente a Valdebebas, la ciudad deportiva del club blanco y en la que va a pasar gran parte de las horas del día. Si hay algo de lo que no se puede acusar a Rafa Benítez es de no trabajar. No se tomó ni un segundo de transición, no esperó a hacer oficial la firma del contrato, como se hace habitualmente. Él fue a conocer las instalaciones y a empezar a trabajar. «Aún tenemos que hablar», dijo en Italia, antes de partir, respecto a su situación contractual. No hay mucho de que hablar porque el acuerdo está prácticamente cerrado. Mañana será presentado.
Antes de eso, Rafa Benítez quiere conocerlo todo y conocerlos a todos. En Valdebebas le esperaba gran parte del «staff» del Real Madrid y, durante toda la tarde y hasta la noche, el nuevo entrenador de la primera plantilla tuvo reuniones individuales con los responsables de las distintas secciones: desde el director general de la entidad, hasta Chendo, el delegado del equipo. También el responsable de los viajes o el equipo de prensa. Quería conocer de primera mano cómo se trabaja en el club y quiénes le van a acompañar durante su estancia en él.
Rafa Benítez firmó por dos años, con posibilidad de uno más. Y espera cumplir con su contrato. Para eso sabe que necesita victorias y títulos, que eso es lo único que asegura el futuro. Y el único modo de conseguirlo es contar con la complicidad de los trabajadores del club.
El técnico conocía la antigua Ciudad Deportiva del Madrid, la que se situaba donde se levantan ahora las cuatro torres de la Castellana. Allí entró con 13 años con el sueño de todos lo canteranos de jugar en el primer equipo y allí después, cuando una lesión de rodilla le retiró del fútbol, comenzó su carrera de entrenador. Los tiempos han cambiado y Valdebebas no tiene nada que ver con aquella Ciudad Deportiva que él vivió. Ayer, él y los ayudantes que le acompañaban alucinaron con las actuales instalaciones del club. Vieron los varios campos de entrenamiento, el amplio despacho del entrenador del primer equipo, o sea el suyo, con vistas a uno de los campos, en el que se suele entrenar, debajo de la terraza en la que se sitúan los periodistas.
Vio el gimnasio y también el comedor y la espectacular residencia, en la que tiene una habitación que ya se abrirá con su huella digital.
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