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Ronaldo, el bombardero

Los porteros temen su golpeo «con el empeine interior», dice Amieiro, preparador de guardametas

Ronaldo, el bombardero
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MADRID- El portero ve a Ronaldo coger el balón pasado el centro del campo y ya puede prepararse. En realidad, no puede prepararse. «Tienes un problema –asegura Manuel Amieiro, preparador de guardametas de la Selección femenina y que lo fue del Madrid– y es que tienes que estar pendiente de varias soluciones que puede adoptar. Puede intentar otro regate, un pase o un tiro. Tiene muchas variables y así es muy difícil estar listo».

Andersen, el sábado, ni pudo preparase ni tampoco tuvo tiempo para reaccionar. «Debes hacerlo cuando sale el balón de la bota», explica el ex guardameta Paco Buyo. «Aunque el balón hace muchos extraños», continúa. Andersen ni se mueve. Sólo intuye la pelota cuando le sobrepasa y choca contra la red a 115 kilómetros por hora. «No puede hacer nada –asegura Ricardo, el ex portero de Osasuna, que fue compañero del portugués en el Manchester y después le tuvo como rival en la Liga española–. La pelota coge mucha velocidad, el defensa tapa al portero y él, además, va escondiendo el tiro. Hay gente entre medias: los dos centrales están esperando y hay que sumar al futbolista que le sigue. Cuando tira, entre lo rápido que va el balón y que es muy, muy difícil verle, es imposible reaccionar».

No es nuevo que Ronaldo haga un gol de esas características. Es el futbolista que más remata de la Liga y con diferencia. En cuanto ve posibilidades, no duda. Contra el Betis protagonizó una de sus jugadas favoritas, encarar en velocidad, buscar su pierna buena y pegarle. «Tiene mucha facilidad para armar la pierna según sale de conducción o de regate y no necesita recorrido», continúa Amieiro. Es decir, que en cuanto le dejas un resquicio, ya estás muerto.

«Intentas analizar al rival, pero por mucho que le veas siempre terminan haciendo grandes cosas», ha explicado el portero de Osasuna Andrés Fernández. Él, como Andersen o como Courtois, ha sufrido sus disparos. En el caso del osasunista, por partida doble: recibió uno de los goles más recordados de Cristiano Ronaldo desde que está en España. Un tiro desde muy lejos, que parecía imposible que llegara a portería. Pero lo hizo, y con mucha violencia. Andrés Fernández no llegó. Después de marcar, «CR7» se señaló el muslo, es de ahí de donde sale toda la potencia con la que golpea.

Y en el último encuentro en el que se han enfrentando, el conocimiento de lo sucedido no le sirvió para nada. El portugués tiró una falta, Andrés intentó pararlo con los puños y se le coló entre las piernas. «En el caso de Cristiano, le ves tantos partidos y tantos goles que es muy difícil saber cuál es el truco para poder pararlo», ha dicho en alguna ocasión.

Los porteros entrenan las jugadas y tienen estudiados a los futbolistas, pero después llega la realidad y las «bombas» de Ronaldo dejan víctimas: «Sí se entrenan los tiros tapados, metemos futbolistas en medio –explica Ricardo, preparador de porteros en el Brujas–. También se prepara el tiro con efecto, pero es difícil. Creo que para intentar parar a Ronaldo hay que tenerle vigilado entre dos o tres jugadores, sobre todo cuando atacas». En cuenta tenga un hueco, aunque esté vigilado, va a preparar la pierna, va a disparar. Lo que ocurra después es imprevisible para el portero. «Sobre todo por su tipo de golpeo: le pega con el empeine interior de rosca y la pelota hace extraños en su trayectoria. Eso también se produce por los balones que son más ligeros y favorece ese tipo de tiro», sigue contando Amieiro.

Si le sale bien, son casi imposibles de detener . Buyo explica que hay que «poner las manos y el cuerpo detrás», siempre, pero es que no da tiempo a ponerse detrás. Andersen, el guardameta del Betis, se quedó quieto: «La gente dice que hizo la estatua –afirma Amieiro–, se ha ahorrado quitarse años de vida. Si hubiera estado mal colocado, a lo mejor lo habría parado, pero como espera un golpeó asequible, está donde debe. Si se hubiese tirado, tampoco lo hubiese parado, lo hubiese hecho sólo para la galería».

A sólo un punto de la cabeza

Fue Ronaldo en el último suspiro quien dio la victoria al Madrid en un partido agónico en el campo del Levante. No estaba el conjunto de Ancelotti en su mejor momento y a eso se achacó el resultado tan ajustado. Ayer se demostró que quizá el rival también tenía algo que ver. El Barcelona no pudo pasar del empate y el Madrid le recortó dos puntos. Después, el Sevilla empató en el Calderón y también le recortó dos puntos. El sábado Ancelotti aseguró que iba a dormir bien, anoche probablemente durmió mejor. Tenía a los dos líderes a un partido. Ahora los tiene mucho más cerca. La Liga se aprieta y es el Madrid quien viene remontando.