Restringido
Simeone se arrugó en Málaga
Reconocidas por méritos propios las virtudes de un Simeone que ha devuelto al Atlético a la pelea con los dos grandes, lo que no se puede es maquillar algún error del técnico, que también los comete. Me refiero a esos machacones mensajes, a esa retahíla de que la pelea este año del aún campeón sólo «debe» centrarse en la conquista del tercer puesto. Pues bien, tanto va el «cántaro a cántaro» a la «fuente a fuente» que, en efecto, el equipo rojiblanco se ha despedido ya de cualquier amago de lucha por revalidar su título de Liga.
- Minutos de miedo
El empate en Málaga sonó a adiós oficial, así que ahora toca insistir en su «partido a partido» por la tercera plaza. Como vengo advirtiendo aquí, el Cholo no acaba de encontrar la «tecla del “9”» entre las idas y venidas físicas y de actitud de Mandzukic, la suplencia de Torres, o cuando riza el rizo de descolocar el ataque dejándolo sin ningún ariete. Pasó en La Rosaleda durante cinco minutos de confusión laberíntica, que conviene explicar.
- Griezmann al rescate
A ver, en el minuto 68 al Cholo le entró el «cagómetro» y quitó al Niño, que estaba despachando esta vez un buen encuentro, para meter a Saúl, otro medio. Un mensaje prudente, conservador, valía el empate. En el minuto 71, el Málaga castigó ese paso atrás con el 2-1, lo que le obligó a rectificar y a meter al mexicano Raúl Jiménez para volver a jugar con delantero centro. Fueron cinco minutos tácticamente asustadizos que solucionó Griezmann, el de siempre. El francés está rescatando una y otra vez a este Atlético con dudas.
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