Atlético de Madrid

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...Y gol de Griezmann

El francés vuelve a resolver un partido que se había complicado para el Atlético. Al lado de Oblak, que supo detener al Espanyol, hace que su equipo sea reconocible en las dos áreas

El jugador del Atlético de Madrid, Koke y el del Espanyol Aaron Martin
El jugador del Atlético de Madrid, Koke y el del Espanyol Aaron Martinlarazon

El francés vuelve a resolver un partido que se había complicado para el Atlético. Al lado de Oblak, que supo detener al Espanyol, hace que su equipo sea reconocible en las dos áreas

La identidad del Atlético se resume en su número «7» y en el «13». Da igual lo que suceda durante el encuentro, lo que sufra su equipo en defensa o lo que falle en ataque. Griezmann siempre aparece para resolver los encuentros. Como hizo ayer ante el Espanyol. Su disparo pegado al poste fue imposible para Diego López, que no supo defender su palo.

En la jugada inmediatamente posterior, Oblak sí acertó a detener el disparo de Baptistao. El guardameta rojiblanco ha recuperado su mejor versión en los momentos decisivos de la temporada. Desde que regresó de la lesión la costumbre es que su portería termine a cero. Y ayer volvió a respetar la tradición.

Griezmann no ha tenido la necesidad de recuperar sus mejores días. Incluso cuando costaba que llegaran los goles, ofrecía cosas a su equipo. No hay estrella más sacrificada que él. Se ha atrevido a competir por los premios individuales que suelen dar los goles sin dejar de sacrificarse en defensa. Ayer, como siempre, se le volvió a ver luchando por recuperar balones en su área, o despejando. Y después, es capaz de llegar arriba para decidir.

Griezmann es el gol del Atlético, su seguro. Da igual quién lo acompañe. Si es Torres, como al comienzo del encuentro, o Gameiro, como al final. O si es Thomas, como sucedió en el medio. Si tiene una referencia delante puede intentar sorprender desde atrás. Si no, se esfuerza en el área.

El francés es lo que hace más reconocible al Atlético. Su figura es lo más parecido a lo que fue Fernando Torres antes de marcharse al Liverpool. Él solo, en sus movimientos por todo el campo, era capaz de enganchar a su equipo a los partidos. La diferencia es que Griezmann está mejor rodeado de lo que estaba entonces el «Niño». El «7» consigue que su equipo siga pareciéndose a sí mismo incluso en días como ayer en que jugaban prácticamente los mismos que en Leicester, aunque el equipo fuera diferente. Sólo cambiaba el lateral derecho, donde Simeone acopló a Giménez ante las ausencias de Juanfran y Vrsaljko. La prueba con Savic en Leicester no salió bien. Cuando se marchó Juanfran, lesionado, el equipo se desequilibró por ese lado por la tendencia de Savic a jugar por el centro.

Ayer no sucedió. Giménez es más rápido que el montenegrino y está acostumbrándose a la fuerza a salir de su hábitat natural, del centro de la defensa. En Leicester fue un mediocentro defensivo. Ayer, lateral derecho. Y cumplió a pesar de tener que verse con Piatti, más rápido y más ligero.

El uruguayo no ofrece las mismas salidas que los habituales por ese costado y el Atlético lo notó. Tampoco ayudaba la falta de precisión de sus compañeros en el pase. Ni siquiera Koke, el más fiable del Atlético en las entregas, estaba seguro. Estuvo a punto de complicar la vida a Filipe Luis con un mal pase en el borde del área.

El Espanyol se esforzó por llevar el peso del juego, que se volcaba hacia el costado derecho, por donde se asomaba Jurado. El ex jugador del Atlético era el más lúcido de sus compañeros en el centro del campo, pero sus compañeros no estaban acertados en el disparo. Y Oblak estaba preparado para responder cuando se le necesitaba.

A Simeone le cuesta más elogiar a su portero que a su delantero. Con Griezmann no ahorra agradecimientos. Sin sus goles, el Atlético estaría más lejos de la clasificación directa para la Liga de Campeones. Si el equipo rojiblanco tuviera que disputar la previa podría ser incluso un problema institucional por el traslado al nuevo estadio. Pero esos problemas también los soluciona el «7». Sólo falta que le pongan a terminar los accesos al Metropolitano.