Real Madrid
Volver a creer
El derbi era el punto de inflexión, aunque silenciado, de una plantilla descreída. Los ánimos son otros
Mourinho peleado con la prensa, con un sector de la afición y necesitado de alejar el runrún de la grada de los partidos; los jugadores saliendo a la palestra a defender a su técnico, como si se dudara de su continuidad o estuviera al borde del abismo como Pellegrino o Pochettino; Modric y Özil, cuestionados de forma alternativa; Cristiano, negado con el gol, inhábil en los lanzamientos de falta, triste, decepcionado y en una dimensión mediática más cercana a su salida del club que a la renovación; juego desesperado, carente de ideas al borde del área, atropellado por el centro, perdido en su verticalidad y cada jugador haciendo la guerra por su cuenta; hasta Casillas, criticado; un bien raspado en la Liga de Campeones, suspenso en la Liga: a ocho puntos del Atlético y a once del Barcelona y con más derrotas que en toda la pasada temporada, la que sufrió frente al Betis ya fue el remate... Sí, los cimientos del Real Madrid estaban a punto de tambalearse.
Aunque el derbi se ha vendido desde el club de Chamartín como un partido más, lo cierto es que los jugadores eran conscientes de que el choque liguero era, ni más ni menos, el punto de inflexión en el que emerger o naufragar. En diversos momentos de los más de tres meses de curso que llevamos, la autoestima de muchos de los buques insignia de este equipo había caído a mínimos: Casillas, Cristiano, Özil, Sergio Ramos, amén de los lesionados y, en el acumulado, la plantilla y el cuerpo técnico se mostraron descreídos. Necesitaban la victoria frente al Atlético, cual Ave Fénix para resurgir de sus cenizas, para volver a creer y retomar la autoridad sobre el campo que demostró la pasada campaña.
Por todo ello, por más que Karanka o Mourinho quieran demostrar que ésta era una victoria como cualquier otra, y tres puntos más, no era así. «Ha sido una noche fantástica para nosotros, un triunfo muy importante», reconoció Cristiano Ronaldo, más pletórico y hablador que en los últimos tiempos. «Se ha visto al Real Madrid que todos queremos, jugando con mucha intensidad. Ha sido importante para todo el mundo lograr los tres puntos. La Liga no está muerta si nosotros no la damos por muerta», reaccionó Álvaro Arbeloa. «Hicimos un partido bueno e inteligente. Había que conseguir los tres puntos y hemos sabido adelantarnos en el marcador y controlar el juego», añadió Xabi Alonso.
Ahora, además, una de las tres competiciones, la Liga de Campeones, quedará aparcada hasta febrero. Para entonces Mourinho ya habrá recuperado a dos de sus hombres más necesitados: Higuaín y Marcelo. Mañana mismo, el Real Madrid recibe al Ajax en la última jornada de la fase de grupos. Con la clasificación para octavos ya asegurada, los de Mourinho tratarán de incrementar su prestigio en Europa y llenar las arcas del club con una victoria, y, para ello, es probable, que no haga falta el once de gala. Arbeloa, sancionado, tendrá descanso, y Mourinho probablemente deje fuera o en el banquillo a otros de sus titulares. Como Ramos, que ayer se ejercitó en el gimnasio.
FABINHO, LA 17ª PERLA DE «MOU»
No gozan de muchos minutos, ni ve en ellos -por ahora- posibilidades de mayor aportación al primer equipo, pero con Mourinho muchos canteranos han disfrutado ya de la mieles de entrenarse con el primer equipo y debutar con los «mayores». Mañana, frente al Ajax, el técnico portugués podría estrenar a su décimo séptimo canterano en sustitución de Álvaro Arbeloa, que está sancionado. Se trata de Fabinho, lateral derecho, el «2» que el Madrid fichó este verano, en calidad de cedido, del Río Ave portugués, tras vender a Dani Carvajal al Leverkusen. De 18 años y un físico de 1,87 metros de altura, Fabinho es otro fichaje de la factoría Jorge Mendes, de la que el Madrid ha «pescado» ya a nueve de sus miembros (Pepe, Alipio, Cristiano, Di María, Carvalho, Mourinho, Coentrao, Pedro Mendes y Fabinho).