Xabi o la exigencia

Xabi Alonso ha estado tanto tiempo sin hablar que había mil versiones sobre su retraso a la hora de renovar con el Madrid. Pasó diciembre y pudo hablar con quien quisiera. Era un futbolista libre, con buen cartel. Iba a ser una de la estrellas del mercado. Pero el miércoles por la tarde estuvo en las oficinas del Bernabéu para firmar un contrato de dos años más con el club blanco. Convirtió en certezas lo que hasta entonces no habían sido más que incertidumbres. Hubo días en los que se le vio fuera. «No era una cuestión de quedar libre. Podría haber firmado en cualquier momento, cuando estuviera 100 por ciento convencido», aseguró ayer en el Bernabéu, roto su silencio.

En el club siempre decían que la verdadera razón del retraso de su fichaje era que no se encontraba en condiciones físicas. Ayer Xabi dio también esa versión: «Tenía problemas de pubis y a raíz de la operación quería ver cómo me encontraba. Quería ver dónde estaba y el nivel que podía dar. Era una decisión importante para mí y no quería tomarla sin estar bien del todo, a pesar de que el club me daba todas las facilidades». Su final de temporada pasada fue complicado. Con dolor, Mourinho le reservó para partidos importantes porque sabía que no estaba en plenitud. A partir de la jornada 23, sólo disputó dos encuentros completos de Liga. Tampoco acabó los dos partidos de semifinales de la «Champions». «Si el año pasado hubiese parado antes, la recuperación hubiera sido más sencilla, pero estoy aquí para lo que se me necesite», explicó.

Al acabar la temporada se operó de pubis, se perdió la Copa Confederaciones y, cuando iba a volver, se lesionó en el pie. Dudaba de si, a sus 32 años, iba a poder estar al nivel necesario para ser titular: «Primero quería ver si estaba al nivel de la exigencia del Real Madrid y luego todo ha sumado: la familia estaba bien, los compañeros encantados y ahora estoy muy contento», continuó.

Después de tanto tiempo sin jugar, cuando volvió al equipo comprobó que su papel era el mismo que cuando se marchó o quizá más importante. «Tengo un peso específico y cuento para el club y el míster». En el Madrid todos le abrieron las puertas para que se quedara, pero ha sido Carlo Ancelotti quien más le ha insistido para que sea la pieza fundamental de su proyecto. Con el técnico muy a favor, con el club dispuesto, con la familia a gusto en la ciudad y con el Santiago Bernabéu aplaudiéndole cada vez que se acercaba a una esquina a sacar un córner, la decisión cayó por su propio peso. «Sentí una gratitud enorme porque que el Bernabéu muestre este cariño me tocó. El Real Madrid me ha calado hondo».

Negó haber escuchado otras ofertas y ante los fuertes rumores que le situaban en el Chelsea o en otros grandes equipos europeos dijo: «Era muy importante seguir donde se me quiere y no he tenido ninguna duda en eso». Y mañana, si el tímpano le deja, estará otra vez al frente del centro del campo del Real Madrid.