Real Madrid

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Zidane convence a todos

El francés, por lesiones y por estrategia, ha repartido minutos y ha solventado los problemas con sutileza, como con James

Zidane dando ánimos y la plantilla entrenándose ayer en Valdebebas, entre la niebla de Madrid
Zidane dando ánimos y la plantilla entrenándose ayer en Valdebebas, entre la niebla de Madridlarazon

El francés, por lesiones y por estrategia, ha repartido minutos y ha solventado los problemas con sutileza, como con James

Fue con Carlo Ancelotti cuando Zidane más practicó el contacto con futbolistas a su cargo. Si cuando era jugador profesional todos le recuerdan como un hombre callado, que, más que consejos, se hacía seguir por su ejemplo, su misión como segundo del entrenador italiano en el Real Madrid fue estar lo más cerca posible de los futbolistas. Se le veía practicar después de los entrenamientos con los puntas, como Jesé o Benzema, y también con los defensas a los que enseñaba los movimientos habituales de los delanteros. Era como uno más, sólo que con todo el prestigio que en el mundo del fútbol supone tener el apellido Zidane.

Los entrenadores que no han hecho una carrera en la élite en el fútbol, además de estudiar táctica o trabajo físico, tienen que aprende a hablar el idioma de los vestuarios y descubrir cómo piensan, cómo son los jóvenes que están a su cargo. Hay que equilibrar los egos tanto como los minutos.

Zidane llegaba con años de experiencia en esa materia. Sólo le faltaba ponerlo en práctica. Lo hizo sin responsabilidad con Ancelotti y está dando un máster entre esta temporada y lo que entrenó la pasada. «Le he dado las gracias en la celebración de mi gol a Zidane porque aprendo mucho con él, sigo mejorando y creciendo», decía Varane, que después de marcar uno de los goles al Sevilla, corrió a abrazarle.

Al principio de esta campaña el entrenador francés se enfrentaba a un problema nuevo. Cuando cogió al equipo en enero de 2016 los jugadores eran culpables y él sólo podía salvarlos: nadie en el vestuario se atrevería a reprocharle nada. Sin embargo, en agosto empezó otra campaña, todos partían en igualdad de condiciones y Zidane tenía que afrontar el enfado de los jugadores principales con menos minutos. El enfado de James, por ejemplo.

Ha sido, al menos públicamente, el primer problema grave que ha tenido que resolver Zizou y lo ha hecho con la misma sutileza con la que Ancelotti sorteo el problema con Di María.

Nadie hasta entonces había cuestionado sus decisiones o le había pedido más minutos. Hay varios modos de reaccionar ante eso: ser intransigente, desembarazarse del problema y convivir con un futbolista con mala cara y sin producir. La otra solución era la que empleó Zidane: llamar a James en fiestas, días después de su enfado público, arroparle durante el entrenamiento y darle minutos en el primer partido oficial del año. El único tuit de James durante las últimas 24 horas fue una foto de él celebrando uno de los goles contra el Sevilla, con la palabra felicidad debajo.

Convenció a Morata de que se quedara porque le dijo que iba a tener minutos; a Isco le ha repetido que va a contar con él. «Zidane es un gran profesional, siempre nos da consejos, nunca te deja tranquilo», contaba Varane. Como el Madrid está asolado por las lesiones, Zidane ha conseguido que todos estén enchufados, pendientes de su oportunidad. Los minutos escasean y hay que aprovecharlos al máximo. Más de veinte futbolistas han disputado más de 900 minutos esta temporada. 13 en el Barcelona; 12 en el Atlético, 12 en el Chelsea, casi 14 en el Bayern. Porque es un plan establecido o bien porque no le ha quedado más remedio al sufrir tantas bajas, el caso es que Zizou, por ahora, mantiene unido al bloque porque todos se consideran responsables del éxito que está teniendo el equipo en este primer trimestre de temporada. Siempre habla de equipo, pero lo mejor es que le creen.