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Un infierno espera al Madrid

Zidane y Cristiano Ronaldo, ayer en el césped de San Paolo
Zidane y Cristiano Ronaldo, ayer en el césped de San Paololarazon

El equipo palpó ayer el ánimo de la ciudad de Nápoles, centrada en el partido, al que acudirán 60.000 personas. «Sus gritos se oirán hasta en Turín», decía Hamsik. «Esto sólo es fútbol», contestó Zidane.

El paseo en autobús del Real Madrid en Nápoles dejó claro a los futbolistas lo que les espera esta noche. En otras ciudades, a las estrellas blancas se las espera con ansia para pedir autógrafos. Ayer, mientras pasaba el autobús, eran insultadas. El Real Madrid, hasta que acabe el encuentro es el enemigo y, por si acaso, para evitar molestias durante la noche de ayer, la Policía italiana hizo un círculo de seguridad que impedía a los «tifosi» italianos acercarse al hotel del Madrid, en el centro de la ciudad. Además, las más de 140 habitaciones del establecimiento estaban cerradas para el conjunto blanco. Ni una molestia, que todo lo que se tenga que vivir suceda ya en el campo.

Es un estadio viejo, que ha sufrido muchas remodelaciones y en el que entran unas 60.000 personas. No hay duda de que esta noche no va a haber un sitio libre mientras que las fuerzas de seguridad intentarán evitar que se cuele gente, lo que es algo habitual.

Nápoles es una ciudad entregada y que ayer vivía pensando en el partido. Se recordaba el choque de 1987, con Maradona en el Nápoles y el Madrid empatando y clasificándose. La idea es que donde no llegue la calidad del equipo, tiene que empujar el calor de la grada: «La presión es para ellos, lo normal es que pasen ellos, son el equipo más rico y el club campeón del mundo. Nosotros, sin embargo, tenemos una hinchada campeona del mundo y se dará cuenta toda Europa», decía ayer Sarri, el técnico rival. En Nápoles hablaban de tensión, de mucha intensidad, de que el ambiente se contagiara desde la grada a los futbolistas: «El Madrid está acostumbrado a estos escenarios, pero el ambiente nos ayudará a nosotros, podrá influir positivamente. Ellos no tendrán ningún miedo con eso, pero si pueden sentirlo viendo en nuestros ojos una determinación más fuerte de lo normal. Los tifosi pueden transmitirle esto a los nuestros», continuaba el técnico.

«Pero esto es fútbol», contestaba Zidane, con su calma, que no se quiebra ante nada. Ha estado más veces que el Madrid en San Paolo porque jugó allí varias veces con la Juve y conoce bien lo que les espera. «Lo he vivido como jugador y nunca ha sido fácil jugar aquí. Es un campo en el que la afición está muy metida detrás del equipo. Me gustan los ambientes así en los que la gente aprieta. Es muy bonito para el equipo local y para el rival. Es una motivación suplementaria», contaba. Pero nada más. Luego, «es un partido de fútbol. Vamos a jugar once contra once y podemos hacer tres cambios cada uno. Y ya está. Es un partido de fútbol, nada más», continuaba.

El Nápoles necesita marcar pronto, empujar al Madrid hacia su área y mostrarle que va a ser una batalla durante noventa minutos, con un ruido infernal, para que tiemblen las piernas de los rivales. Están preparando el ambiente, quieren impresionar, en el sentido literal de la palabra. «Toda la ciudad está con nosotros. Nuestra hinchada está con su equipo. A los aficionados se les escuchará desde Turín», explicaba Hamsik. El comienzo del partido del Nápoles va a ser frenético. «Para ellos el inicio será con mucha intensidad. Ellos tienen que marcar y lo sabemos. Estamos preparados para sufrir durante el partido», continuaba Zidane. Quiere el francés que sus futbolistas no se contagien por el ánimo de la grada, que lo dejen fuera de su cabeza, que igualen la intensidad rival y que, una vez pasada la tormenta inicial, la mayor técnica de los futbolistas del Madrid se imponga. «Hay que jugar con cabeza», pedía Zizou.

Es su mensaje: esto es fútbol y a fútbol gana el Madrid. «Estos ambientes son hasta bonitos. A cualquier jugador le gusta jugar con estos ambientes y tanta gente apretando. Es bonito porque refleja que es un partido importante –contaba ayer Carvajal–. Al final, el fútbol es once contra once y ahí tenemos que ser mejores. He hablado con Pepe Reina. Dice que vamos a sufrir aquí, pero hemos hablado en tono de broma».