Pendientes de Pau

El gemelo derecho de Gasol marca la semifinal ante Estados Unidos. Disputó con molestias los dos últimos partidos. «No puedo decir con seguridad que vaya a jugar», asegura Scariolo

Dos finales olímpicas y dos platas. La generación de oro del baloncesto español merecía otra oportunidad, aunque EL PARTIDO, llegue un capítulo antes del final. El reencuentro con Estados Unidos se produce en semifinales por las ajustadas derrotas de la primera fase ante Croacia y Brasil. Pero como dice Sergio Scariolo, eso queda muy lejos. Ahora de lo que se trata, según el técnico, es de pensar en las alturas del torneo en las que se encuentra la Selección, estar orgullosos y que enfrente aparece Estados Unidos. La selección ganadora de los dos últimos oros olímpicos, la que apeó a España en cuartos de final hace doce años en Atenas... el mejor equipo del mundo, el favorito por mucho que su primera fase tampoco fuera para asustar.

Las bajas (LeBron, Curry, Harden, Davis...) y los partidos ante Australia (98-88), Serbia (94-91) y Francia (100-97) sembraron alguna duda sobre el rendimiento de los chicos de «Coach K». Las incógnitas se despejaron en el cruce con Argentina (105-78). «Estados Unidos ha demostrado un cambio brutal de actitud entre los partidos de la liguilla y el de eliminación directa, en el que ya emplearon bastante más a fondo sus recursos. Nosotros esperamos al Estados Unidos de los partidos de eliminación, el peor rival que te puede tocar», comentó Scariolo. El seleccionador español no está de acuerdo con que la enésima versión del «Dream Team» sea inferior a las que ganaron el oro en Pekín y Londres. «A nivel de talento individual este equipo sólo me parece inferior al ‘‘Dream Team’’, pero en cuanto a cualidades defensivas es hasta mejor que los anteriores», aseguró.

Al potencial de los yanquis se añade el estado físico de Pau. Ante Lituania terminó con molestias en el gemelo de la pierna derecha que no le impidieron jugar ante Argentina ni Francia. «No está bien. No puedo decir con seguridad que vaya a jugar. La verdad es que era justo lo que no necesitamos en este momento, pero es lo que hay y esperemos que evolucione bien y pueda ayudar en parte a sus compañeros», señaló Scariolo.

En un equipo que juega de memoria, la aportación de Gasol es imprescindible para pelear con opciones reales ante los estadounidenses. Se necesita su versión más completa. La anotadora que ofreció en algunos partidos del torneo y la más defensiva, pasadora y reboteadora que resultó decisiva ante Francia. Scariolo considera que el equipo debe parecerse lo más posible al grupo que tumbó a Parker y compañía: «Tienen un número muy alto de grandes defensores, por lo que el problema no es contenerlos en ataque, si no ver qué puedes hacer tú en ataque. Hay que intentar que el juego vaya más al cinco por cinco, porque hacer un partido de uno contra uno en ataque nos mataría, sería un suicidio». Aquí aparece la pizarra del de Brescia: «Hay una diferencia tan grande de inicio que para reducirla hace falta algo especial. Hay que alcanzar el máximo de tus posibilidades, aunque sabemos que eso igual no es suficiente, pero nuestro compromiso e ilusión es salir del campo habiendo hecho todo lo que estaba en nuestras manos». Y eso puede ser mucho.

Pau y el vestuario tienen muy claro que su líder quiere jugar. Él es el primero que no se lo quiere perder porque es consciente de que está ante la última oportunidad de derrotar a Estados Unidos y pelear por el oro olímpico. La clave es hasta dónde le responderá el físico. Sus compañeros son igual de ambiciosos que él. «Nosotros no les tenemos miedo y supongo que ellos nos tienen respeto por cómo han ido los últimos partidos, pero aún así siguen siendo Estados Unidos, la selección más fuerte, la máxima favorita al oro y si queremos ganarles tenemos que hacer un partido perfecto», comentó Reyes.

Scariolo se muestra más comedido que nunca y recuerda que una derrota no es el final: «Todos conocemos la importancia decisiva de Pau en nuestro equipo, pero su salud es prioritaria y debemos tener claro que hay dos partidos por delante de los que tenemos que ganar uno». Se trata de que la leyenda se prolongue.