Taekwondo

Un trozo de pizza, por favor

Eva Calvo perdió tres kilos en Río para dar el peso. Es plata. «Para celebrarlo, una buena cena»

Eva Calvo, en el podio, muerde la medalla de plata
Eva Calvo, en el podio, muerde la medalla de platalarazon

Un rival extra para Eva Calvo en los Juegos de Río: la báscula. Dar el peso para poder competir en la categoría de -57 kilos de taekwondo. Cuatro o cinco kilos tuvo que perder en los últimos meses, más otros tres en Río de Janeiro, en los diez días que lleva allí. Dieta reducida al mínimo. Entrenamientos con el estómago vacío. Mal humor en una chica alegre, aunque algo tímida. El miércoles competían Jesús Tortosa y Marco Carreira, el seleccionador, estuvo todo el día en el tapiz con él. Sólo hizo una llamada a Eva, que entraba en acción el jueves: «¿Te has pesado?», le preguntó.

Una obsesión, pero la madrileña, que comenzó a dar sus primera patadas en Leganés junto a su hermana Marta, cuando Xixo, que todavía las sigue entrenando, abrió un gimnasio cerca de su casa, llegó a tiempo. Dio el peso. Eva, a competir. Marta, a animar desde la grada, porque, aunque se le escapara en el último instante el billete a Río, no quiso perderse el viaje para mostrar todo su apoyo a su querida hermana mayor.

Pero la comida sigue en la cabeza de la española. Va superando rondas, por un suspiro, siempre al límite, pero gana. Primero a la tailandesa Harnsujin (6-5), después a la iraní Alizadeh (8-7) y después, en semifinales, a la egipcia Wahba (1-0, en el punto de oro). En los descansos entre combate y combate, el mismo pensamiento. «He podido comer un poco de arroz con pollo –dijo Eva tras superar la primera batalla–. Podría haberme comido una pizza, pero voy a ser una chica buena», añadió, antes de seguir compitiendo. Está delgada, los huesos se marcan un poco en su cara, pero por fin sonríe.

Va a ganar una medalla olímpico, oro o plata, en su primera participación en los Juegos. Ya es campeona de Europa y subcampeona del mundo y le ha merecido la pena perderse las fiestas de Leganés este mes de agosto. Tiene que esperar cuatro horas para disputar la final. Así es la competición del taekwondo, todo en un día, desde por la mañana hasta por la noche. La británica Jade Jones le cierra la puerta de lo más alto del podio. Mide 20 centímetros menos que la española, pero es escurridiza y rápida.

Le busca la cara constantemente, y la encuentra, no baja el ritmo y, aunque Eva casi remonta tras la primera desventaja, Jones repite el triunfo que ya consiguió hace cuatro años en Londres. La mayor de las Calvo, en ese momento, no está contenta con el resultado. «Mañana lo veré de otra manera», asegura. Pero antes de ese mañana sabe cómo quiere celebrarlo: «Me quiero ir a cenar con mi familia, que ya apetece», afirma. En la grada, además de su hermana, están sus padres y su novio. «Comida de la buena, ¡algo rico!», pedirá como menú.

Por fin. En cuanto vuelva a España se irá de vacaciones con su hermana Marta, a la playa, a relajarse y a dejar de pensar en la comida.

Eva Calvo

- 25 años. Estudiante de Matemáticas e Ingeniería Informática. Compite en -57 kilos. Campeona de Europa en 2014, ha sido plata y bronce en los campeonatos del mundo. De 86 combates que ha disputado, ha ganado 67, el 77,9 por ciento. Es de Leganés, ciudad del sur de Madrid. Su hermana Marta, que también practica Taekwondo no se clasificó para los Juegos, pero la ha acompañado en Río.