Fútbol
La Champions de Ronaldo
Él y Benzema «van a jugar», afirmó Zidane. El portugués, tras no hacerlo el sábado, está listo para hacer frente al City de Agüero y Pellegrini
Él y Benzema «van a jugar», afirmó Zidane. El portugués, tras no hacerlo el sábado, está listo para hacer frente al City de Agüero y Pellegrini
Salió Cristiano Ronaldo el último del aeropuerto en Inglaterra y se acabó la tranquilidad. Un pasillo de seguidores le ofrecía camisetas del Real Madrid y del United para que las firmase, le pedía «selfies» y le gritaba como no habían gritado con los otros futbolistas. Cristiano es el hombre.
Antes del encuentro contra el Rayo, el mensaje del club era claro: «Cristiano quiere jugar», decían, mientras ideaban el modo de hacerle cambiar de opinión, de frenar su ansia de ser protagonista en todos los partidos, sea cual sea el rival, sea lo que sea lo que hay en juego. Lo lograron, pero tendría que estar cojo y con una bala en la otra pierna para no disputar el choque de hoy contra el Manchester City. Y viendo la cara de susto con la que Zidane contempló su salida del campo el día del Villarreal, incluso en esa situación, incluso cojo, el francés se pensaría si cuenta con él.
Uno de los principales mensajes de Zizou cuando llegó al banquillo, y que no ha variado, es que el portugués es básico. Benítez no mostró el entusiasmo que Ronaldo siempre necesita sentir de su jefe y enseguida se interpuso una distancia entre ellos. Zidane, que había sido segundo entrenador con Ancelotti, llegó con la lección bien aprendida. «Cris» es el mejor del mundo y va a jugar todo lo que le haga falta.
Aunque no ha sido su mejor temporada, Ronaldo está firmando una primavera decisiva: marcó en el Camp Nou y, sobre todo, hizo lo tres tantos en el último encuentro de la Champions, los que dieron la clasificación contra el Wolfsburgo. En total, suma 16 goles en esta edición de la Copa de Europa. El récord está en 17: lo tiene él, que los marcó el año de la «Décima». La anterior marca la superó en la vuelta de la semifinal contra el Bayern, cuando celebró su par de tantos contando con las manos todos los goles que sumaba. Es uno de los futbolistas que más pendiente vive de las estadísticas individuales porque sabe que son indiscutibles. Y nadie mejor que él conoce que con que consiga dos tantos más esta temporada, tendrá una nueva cifra que lucir en su currículum.
Eso es para que el City se asuste. «Si jugamos como equipo, podremos detener a Ronaldo», decía ayer Kompany, defensa del conjunto de Pellegrini. El técnico ha reconocido que el portugués le impresionó en su año en el Madrid: un futbolista muy profesional y entregado a su carrera. Han pasado ya seis años de eso y la actitud y la forma de afrontar el fútbol de CR7 no ha cambiado ni un milímetro. Sigue tan intenso, con el hambre de siempre. «Es una persona muy apasionada cuando está jugando. Todo el mundo lo sabe», explicaba Bale ayer en una entrevista en «The Times».
El sábado no jugó; el domingo, en el entrenamiento de recuperación, hizo carrera continua con los titulares y después ejercicios en el gimnasio: no tocó balón. Ayer, sobre el campo en el que se va a disputar el partido, sí que hizo los mismos ejercicios que los demás. Está listo, como Benzema: «Están bien los dos y van a jugar», explicó Zidane. Y lo repitió cuando le preguntaron qué sucedía si alguno no se encontraba a tope. «Lo van a estar», contestó.
Benzema puede estar más tocado, pero Bale y Ronaldo van a llegar bien. Ambos están en forma, son temibles y, aunque no son amigos, se entienden en el campo: «Habla inglés y me ayudó mucho cuando llegué por primera vez. También nos unía haber pasado los dos por la Premier. Nos llevamos muy bien», dice el delantero galés. En Vallecas, Bale demostró que está dispuesto a tomar el liderazgo del Madrid cuando falte CR7. Sin duda, ése es el plan del club y del futbolista. Pero mientras Cristiano esté listo y marcando goles, de la jerarquía no se duda. «Siempre que salgo a jugar doy el máximo, da igual quién tengo enfrente y da igual quién esté en mi equipo. Todos atacamos y defendemos juntos. Somos uno», explicaba ayer Bale. Pero no todos son iguales. En Mánchester quien desata la euforia y el miedo es Cristiano.
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