Euroliga
La hora de la «Novena»
El Real Madrid afronta su tercer asalto consecutivo a la Euroliga ante el Fenerbahçe de Obradovic
20 años y 32 días. No es una condena, pero casi. El 13 de abril de 1995 el Real Madrid se proclamaba campeón de Europa y desde entonces sólo puede presumir de disputar tres «Final Four» en las últimas cuatro temporadas. La cuarta la afronta desde hoy y lo hace en casa. «Es la hora de ganar la ‘‘Novena’’», proclaman los veteranos del club entusiasmados con el grupo de Pablo Laso. El técnico, ante su tercer asalto, presume de equipo: «Valoramos estar donde estamos, haber conseguido títulos, pero de lo que más orgulloso me siento es de ser un equipo reconocido y reconocible». Enfrente estará el Fenerbahçe y hablar de los turcos es hacerlo de Zeljko Obradovic. El entrenador serbio era el técnico blanco la última vez que el Madrid reinó en Europa. Él y Sabonis eran la clave. Ahora rige los destinos de los otomanos, un equipo construido a base de muchos millones de dólares. Su presupuesto, más de 30 millones, es el segundo de la competición, sólo por detrás del CSKA, que supera los 40. Los rusos se miden al Olympiacos en la semifinal que abrirá el torneo.
En la plantilla del Real Madrid nadie sabe lo que es ganar la Euroliga. Sólo Zan Tabak, segundo de Laso, conoce la sensación cuando era un secundario en la inolvidable Jugoplastika de Split. En los otomanos, los ocho títulos de su técnico lo tapan todo. Cuentan con el MVP de la competición, Nemanja Bjelica, un jugador que en Vitoria era una sombra del ala-pívot actual, y una plantilla con una fe ciega en su entrenador. La misma que Zeljko encontró en Belgrado, Badalona, Madrid y Atenas para levantar ocho veces el título. «El Real Madrid tiene calidad para ganar los partidos de diferentes maneras. Será muy, muy difícil de ganar, pero...», comentó ayer el serbio.
Los anfitriones se han topado con una presión extra, como si tuvieran pocas que afrontar. «La derrota en el fútbol es un palo, pero no nos pone más presión», aseguró Felipe Reyes con el recuerdo de la eliminación ante la Juve demasiado fresco para los madridistas. Su equipo se enfrenta al que es su gran reto esta temporada. Las derrotas en las dos últimas finales –Olympiacos en Londres y Maccabi en Milán– hicieron mucho daño, sobre todo la segunda. El equipo se ha armado este año física y psicológicamente para llegar en las mejores condiciones posibles hasta aquí. «Ha llegado el día con el que todos los madridistas soñábamos», asegura Llull, uno de los que peor lo pasó en la final de Milán. Reyes, el capitán, ha sido incluido en el quinteto ideal de la Euroliga y no hay nadie en la competición que produzca tanto como él en menos tiempo. Felipe sólo piensa en levantar la Copa el domingo: «Es una buena ocasión para hacer algo grande». Nocioni lleva semanas recordando a todo el mundo que él llegó al Madrid para ganar la Euroliga y el vestuario está convencido de que ha llegado la hora. Ayer en el hotel oficial y en los corrillos de la presentación el factor que más se citaba era la presión para los locales. «Tendremos que manejar bien la tensión para ganar», reconoció Sergio Rodríguez.
En la otra parte del cuadro aparece el favorito, el CSKA. Los rusos buscan un título que se les resiste desde 2008. En el banquillo está un discípulo de Obradovic, el griego Itoudis. Tiene a su disposición un arsenal interminable (Teodosic, De Colo, Weems, Kirilenko...) y enfrente, sus compatriotas del Olympiacos. Spanoulis lleva tres «Final Four» y otros tantos títulos. El cuarto está más caro que nunca.
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