Mundial de clubes
La oportunidad de Isco
Con Bale lesionado, Ancelotti encuentra la excusa para hacerle un hueco. El Liverpool debe servirle de prueba para el partido ante el Barcelona
Madrid- Dice Carlo Ancelotti que a Isco sólo le falta un entrenador que le ponga. Hace una semana, en la cadena Cope, añadía: «Isco merece jugar todos los minutos». Y puede que para el italiano haya llegado el momento de ponerle, aunque sea por la baja de Bale. El galés está lesionado y al entrenador madridista el cuerpo le pide más centrocampistas, jugadores como Isco. El malagueño jugó contra el Levante desde el comienzo, tuvo presencia en ataque y en defensa y, además, marcó el quinto gol del partido, el que cerraba la victoria madridista. Era lo que necesitaba para completar la semana después de ser el mejor de la Selección sub’21 que quedó eliminada de la Eurocopa ante Serbia.
Isco fue muy importante en los primeros partidos de la temporada pasada, cuando Ancelotti todavía buscaba la personalidad de su equipo. Hasta que encontró en Di María la pieza que necesitaba para completar el centro del campo e Isco se convirtió en un jugador de segundas partes. Eso ha continuado siendo hasta ahora, aunque cuando ha podido aparecer desde el comienzo, como el sábado en el estadio del Levante, ha dejado detalles que animan a pensar que merece algo más. «Los que han jugado menos en la primera parte de la temporada han mostrado que están bien y motivados. Juegan cómodos dentro del equipo», reconocía Carlo Ancelotti después de derrotar al Levante (0-5). Pero no destacaba a Isco por encima del resto. Algo que sí ha hecho en otras ocasiones. «Está cerca de Zidane en habilidad y en calidad», aseguraba meses después de tomar posesión del banquillo del Real Madrid. «Isco tiene cosas de Zidane e Iniesta», asegura Ginés Meléndez, el coordinador de las selecciones inferiores de la Federación española.
La clase la tiene, pero Carletto quiere añadirle algo de sacrificio para que sea capaz de hacer la labor que hacía Di María la temporada pasada, de futbolista de ida y vuelta, en todas las situaciones. Hasta ahora ha conseguido hacerlo contra rivales no demasiado exigentes. El partido de mañana contra el Liverpool puede ser una prueba para comprobar si es capaz de hacerlo también contra el Barcelona el próximo sábado. «Hay que acostumbrarle a jugar en esta posición. Es distinta a ser mediocampista. Hay que trabajar más en defensa. Le dije a Isco que su situación es parecida a la de Seedorf. Le gustó la comparación. Isco puede ayudar al equipo en esa posición», decía la temporada pasada el técnico madridista. Y le añadía el ejemplo de Di María, que dejó de ser extremo para convertirse en un interior imprescindible para el equipo.
Isco ha ido aprendiendo poco a poco el oficio. En Málaga, Pellegrini le insistía para que no arriesgara balones de manera innecesaria. «Fue una persona muy importante para mi carrera. Ha sido mi padre deportivo», ha reconocido en varias ocasiones. Las otras virtudes ya las llevaba puestas desde niño y el fútbol sala le ayudó a desarrollar habilidades como la pisada, un recurso que le ayuda a darse unos segundos más cuando los rivales le presionan y las soluciones no aparecen.
«Le llamaban ‘‘El Gordo’’ porque tenía el tren inferior muy desarrollado. Esos problemas físicos ya están solucionados», admite Ginés Meléndez. Pero aún tiene que trabajar más. Su morfología, con un centro de gravedad muy bajo, le impide ser un futbolista ligero y Ancelotti reconoce que es al que más le gusta comer de la plantilla, pero Isco se esfuerza. Esta temporada ha disputado once partidos, ocho de ellos en Liga. Aunque sólo ha sido titular en cuatro, tres en Liga y uno en la Liga de Campeones. En los otros siete salió desde el banquillo. A pesar de todo, ha tenido tiempo suficiente para marcar tres goles y repartir cuatro pases de gol. Lejos está todavía de los 53 encuentros que disputó la pasada temporada, cuando el Real Madrid llegó a las finales de la Copa del Rey y de la Liga de Campeones.
Aunque Carletto reconoce que el sistema que utiliza el Real Madrid no es el más apropiado para el «23» madridista, busca cualquier excusa para hacerle un hueco. En el centro del campo o como falso «9» cuando está ausente alguno de los delanteros.
«Isco es el futuro de la Selección, tenemos muchas esperanzas puestas en él», decía Vicente del Bosque después de que fuera elegido el mejor jugador del Europeo sub’21 de 2013. Para entonces, ya había debutado con la Roja, pero nunca ha encontrado continuidad. Se quedó fuera del Mundial y, aunque Del Bosque lo incluyó en la primera convocatoria de la temporada, no estuvo en la última. Lo necesitaba más la sub’21, que no cumplió el objetivo de llegar a la Eurocopa.
«Isco ha conquistado a muchos aficionados españoles con un juego creativo y de calidad», decía Florentino Pérez el día de su presentación. Entre ellos, a gran parte del Bernabéu, que suele aplaudirle cuando aparece sobre el césped del estadio. «¿Qué más se le puede pedir a Isco? Hemos ganado la Liga de Campeones, la Copa del Rey, la Supercopa de Europa», decía Casillas la semana pasada. Ancelotti, de momento, parece que le ha encontrado un hueco.
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