Lérida
Y Froome no pudo más
El británico no tomó la salida en Andorra por culpa de una fractura en el pie derecho
«He acabado bastante vacío. He hecho la etapa con un poco de sufrimiento y veo difícil la recuperación. Gracias a los compañeros», decía Nairo Quintana en la meta de Lérida. El colombiano lleva sufriendo varios días, enfermo, ha perdido peso, pero al menos pudo terminar la etapa. Y continúa entre los diez primeros de la general, noveno a 3:07 de Aru.
Chris Froome, no. La Vuelta para él se acabó en la meta de Andorra. En realidad se había acabado mucho antes, con la caída que sufrió en los primeros kilómetros de la etapa. Subió seis puertos con una fractura en el hueso navicular del pie derecho. Es una fractura que suele ocurrir por estrés, por el cansancio de los músculos que no amortiguan ya los golpes que recibe, propia de velocistas, de futbolistas o de los practicantes de artes marciales.
La caída le afectó al ritmo, al pedaleo, pero no al orgullo. Completó la etapa más dura de la historia de la Vuelta, pero era incapaz de andar sin ayuda. Necesitaba muletas y las pruebas a las que se sometió ayer confirmaron que el hueso estaba roto. Imposible seguir. «La resonancia magnética de esta mañana confirma la fractura navicular. La Vuelta ha terminado para mí», decía en Twitter. «Le examinamos después de la etapa porque tenía inflamada la zona, pero las radiografías no fueron suficientes para ver la fractura. Como seguía sin poder apoyar, le hemos hecho una resonancia», explica el médico del equipo, el español Iñigo Sarriegui.
«Estoy muy disgustado por abandonar, pero las lesiones que he sufrido son demasiado importantes para continuar. No puedo cargar peso sobre mi pie derecho», explica Froome. «Le dolía mucho el pie derecho después de la primera subida, no podía hacer fuerza con él, así que se puede decir que hizo toda la etapa con el pie izquierdo», confirma el doctor. Con una sola pierna perdió algo más de ocho minutos.
«Después de la caída estábamos preocupados», cuenta el director del equipo, Dario Cioni. «Cuando se cayó nos preocupamos porque el golpe fue muy duro, pero él fue el primero que dijo que quería continuar», añade. «Creo que fue la adrenalina por la caída. Luego el dolor fue aumentando», agrega. Para su equipo, la carrera vuelve a empezar con un nuevo líder, Mikel Nieve, que marcha octavo en la clasificación, a 1:58 de Aru. «Hay que quitarse el sombrero por la capacidad de sufrimiento de Froome. Por la noche tampoco podía ni apoyar el pie y desgraciadamente ya no está aquí», dice el ciclista español.
El Sky lo echará de menos, pero también la carrera, que ha visto cómo sus favoritos han ido perdiendo opciones por diferentes motivos. Primero fue Nibali, en la segunda etapa, expulsado por agarrarse al coche de su equipo. Ahora Froome, y en el medio los dos líderes de Movistar, Valverde y Quintana. El murciano se cayó y todavía sufre las consecuencias en el hombro izquierdo. A Nairo le ha debilitado la fiebre y perdió sus opciones en la etapa de Andorra. Ahora manda Aru, que también echará de menos a Froome. «Es la noticia fea de la jornada. Es una gran ausencia de cara al espectáculo», dice.
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