Se busca heredero para Contador

Alejandro Valverde ganó la Vuelta en 2009 y desde entonces ha sido una vez segundo y dos veces tercero. Purito Rodríguez nunca la ha ganado, pero desde 2010 ha sido tres veces cuarto y una, tercero. Pero la importancia de estos dos ciclistas en la ronda española va mucho más allá de lo que demuestran estos números.

Ellos son en los últimos años la cara de la Vuelta, los dos ciclistas que se atreven ya en la presentación en enero a decir que ellos van a participar y quieren ganar. Después, el calendario, las lesiones, las caídas y circunstancias diversas hacen que siempre encuentren algún acompañante de categoría que les quite el triunfo. Como hizo Nibali en 2010 y Contador en 2012 y 2014. Y si no, surgen las sorpresas, como Cobo o Horner.

Purito y Valverde, sin pretenderlo, han condicionado el recorrido, que ha encontrado en ellos dos la mejor manera de rentabilizar como espectáculo esos finales en rampas cortas y explosivas que se han convertido en la seña de identidad de la carrera desde que la dirige Javier Guillén y que ahora copia hasta el Tour.

La Vuelta son ellos, aunque una vez más, aparecen en segundo plano entre los favoritos. Contador, como ha hecho siempre que ha ganado la carrera española, ha buscado otros objetivos y deja vacante el título a la espera de que aparezca alguien que lo merezca. Ganó en 2008 y en 2009 se concentró en el Tour. Una estrategia que repitió después de ganar de nuevo en 2012. Este año ha ido más allá, planeaba un doblete Giro-Tour, pero no ha sido posible.

Froome, Nibali y Quintana pelean por ese primer puesto. Son dos ganadores de Tour y un ganador del Giro que ha sido dos veces segundo en París. Nibali ya ha ganado la Vuelta. Lo hizo en 2010, era la primera grande que ganaba y eso le hace estar permanentemente agradecido a la Vuelta. El italiano llega sin preocupaciones. «No conozco el libro de ruta», admite. «No me preocupa. Tengo confianza por la buena condición del Tour en la tercera semana. La forma es buena, voy a vivirla día a día y sin presión», añade. La presión ya la tuvo toda en el Tour, cuando su patrón, Alexandr Vinokourov, le acusó prácticamente de haber ido a Francia de turismo. La última semana de Nibali en el Tour hizo que se cerrara la boca del actual campeón olímpico, pero la decisión de correr la Vuelta ya estaba tomada. Compartirá liderazgo, en teoría, con Fabio Aru, junto al que ha estado entrenando en Sestrieres, y Mikel Landa en su último servicio al equipo Astana. «Ellos tienen más experiencia que yo en grandes vueltas, así que procuraré estar cerca de ellos y continuar con mi aprendizaje. Sería un sueño conseguir un podio», dice el corredor vasco.

Nairo ya llegaba como favorito el año pasado después de ganar el Giro, pero una caída en la contrarreloj de Borja cuando vestía el jersey rojo de líder, lo apartó del camino. Este año llega en un teórico segundo plano. Movistar le dio el liderazgo en el Tour y en la Vuelta, a Valverde. Pero el colombiano no es de los que se conforman y en Francia se ha quedado con las ganas de conseguir algo más. «La decisión se tomó tarde, pero después de correr el Tour comencé a sentirme bien», decía hace unos días en una emisora de radio de su país. «Llevamos la ilusión de ganar la Vuelta», añadía. Quintana quiere ser el primer colombiano que gana dos grandes en su carrera, el segundo en ganar la Vuelta, después de Lucho Herrera, ganador en el 87.

Todos tienen la ilusión por hacer algo que nadie ha conseguido. Como Froome, que aspira a convertirse en el primero en encadenar Tour y Vuelta en el mismo año. Tampoco lo había intentado antes, pero es la manera que busca de hacerse un hueco eterno en la historia.