Baloncesto
Laia Palau: «Si fuéramos todos a una como este equipo nos iría mejor»
La capitana de España busca su duodécima medalla con la selección en el Eurobasket que arranca el jueves ante Ucrania
A Laia Palau (10-9-1979, Barcelona) le meten prisa y dice «no si soy yo que me enrollo». La capitana afronta su décimo séptimo verano con la selección en el Eurobasket que arranca el jueves ante Ucrania.
–Parece que se lo pasa tan bien como el primer día...
–No sé si soy la que mejor se lo pasa, pero que me lo paso muy bien, seguro. Por eso estoy y por eso vengo.
–Usted dice que la selección es como si se fuera de convivencias, ¿sigue siendo así?
–A ver este equipo está en constante ebullición. Somos muy conscientes de que los ciclos existen y este grupo se está moviendo todo el rato. Hemos tenido muchos años de estabilidad, sabemos suplir carencias y el equipo ahora está reconstruyéndose. Esto es bueno porque los cambios siempre tienen que ser para bien. Pero va a ser duro.
–Nada comparado con lo del Mundial del año pasado que acabó con el bronce...
–Es que aquello fue chunguísimo, difícil. Teníamos una responsabilidad, estábamos en casa, no es que no pudiéramos fallar es que no nos lo podíamos permitir por lo que somos y por todo lo que estábamos consiguiendo. No podemos bajar, no podemos bajar y espero que este verano sigamos con que no podemos bajar. Por lo que somos y por lo que vamos a ser, porque todo va a cambiar. Yo lo veo, el núcleo fuerte, y no hablo de mí, se va haciendo mayor. Y eso gente que aún le queda mucha cuerda, pero las exigencias se van acumulando, se van acumulando...
–Este año sin Sancho Lyttle ni Alba Torrens,¿volverá el ejército de Pancho Villa, como decía Amaya Valdemoro?
–Este años seremos más Pancho Villa que nunca. La guerra de guerrillas con Lucas está ahí porque miras al resto y te preguntas cómo podemos competir físicamente con todas. Tenemos un gen competitivo y talento. No está Alba, pero el otro día la «Cruncho» –Anna Cruz– te mete un par de canastones y te soluciona el chiringuito o Silvia Domínguez, que está en un gran estado de forma. Tenemos un gran equipo en el que un día estará una, otro día estará otra y entre todas barreremos la casa.
–¿Dejó poso el Mundial?
–Ayuda que el presidente del Gobierno sea fan del baloncesto. Que antes de empezar haya este apoyo dice muchas cosas. En el Mundial vino la Reina... Creo que es una apuesta real, que es de verdad. No podemos fallar este año porque sería un paso para atrás, no podemos permitírnoslo porque hay que dar motivos a la gente para que nos siga apoyando.
–¿Qué sintió al ver «Venciendo los límites», el documental sobre el pasado Mundial?
–Fue la primera vez que lo vimos todas. Es que íbamos en taxi, llegamos a la Gran Vía, te ves allí en el cine y dices: ''¡qué pasada!'' El documental pone en valor la aventura, el recorrido... es un recuerdo maravilloso.
–Y después de 17 años en la selección, ¿se plantea qué va a ser de mayor?
–Me lo planteo mucho porque soy consciente del final del camino y que llevo muchos años con ello. Cada vez es más inminente, pero es que lo comentaba con una amiga: «Tía, llevo 17 años y eso es una burrada». Hay una parte de mí que tiene muchas ganas de otra vida. Yo me lo paso muy bien con el baloncesto, me gusta mucho, pero tengo mucha inquietud por verme en otros lugares.
–¿La selección para usted es una zona de confort?
–Eso es muy relativo, el año pasado no fue nada de zona de confort, ¡una mierda! Y este año igual por la ausencia de Alba, que se nota dentro y fuera de la pista. Pero bueno estamos redistribuyendo la riqueza y los roles.
–Después de 6-7 años fuera de España, ¿se ha encontrado un país muy cambiado?
–No mucho. Creo que en cosas mejoramos, pero en otras hemos empeorado y dices pero cómo podemos ir para atrás. A nivel de baloncesto yo este año no he parado de atender medios, de ir a charlas, porque como llevaba muchos años fuera han dicho venga vamos a tirar de ésta y como no digo que no... Veo que se acompaña más a lo que es nuestro deporte y nuestro oficio.
–Después de pasar por Polonia, Chequia, Francia y Australia, ¿qué virtud cogería de cada país y se traería a España?
–De Polonia no lo tengo claro, pero de los demás, el civismo. Son sociedades muy diferentes. Los checos que vienen del comunismo tienen un respeto, la individualidad no les pesa tanto y yo siempre digo que son hobbits porque son gente muy tranquila que con su cerveza y sus compañeros ya tienen bastante. No tienen la mentalidad de querer más. Francia a nivel de promoción de la cultura está por delante nuestro y eso es una de las bases importantísimas para una sociedad. Y Australia tiene mucho dinero y el estado es bastante proteccionista, pero de una forma guay. Vienen muy limpios, tienen poca historia y se lo han montado bien. Aquí si fuésemos un poco más respetuosos, si fuéramos todos a una, como este equipo, si quisiéramos ser buenos, nos iría mejor.
–Se le han colgado las etiquetas de hippie y comunista... ¿alguna más?
–Bueno, no estoy afiliada a ningún partido. Yo pienso lo que digo y digo lo que pienso. Mi manera de entender la vida es bastante comunal, entender las cosas en grupo porque vivimos en sociedad. ¿Hippie? Yo me considero más humanista que otra cosa. El ser humano me fascina, la cultura, las relaciones y... soy «viajista» si se puede decir. Me gusta el mundo, es un lugar maravilloso.
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