Baloncesto
Las dudas de Pau
Altas esferas del deporte español descartan su presencia en el Eurobasket
Sergio Scariolo se puede encontrar con que ninguno de los hermanos Gasol esté a sus órdenes en el próximo Eurobasket. Altas esferas del deporte español han asegurado a LA RAZÓN que Marc no estará en el torneo y que existen serias dudas sobre la participación del hermano mayor. Este pesimismo contrasta con las sensaciones positivas que se transmiten desde la Federación en el caso concreto de Pau. La incomparecencia del pívot de los Grizzlies está asumida, pero el caso del gran referente del equipo nacional no es así. Al menos eso es lo que se cree en la FEB.
La posición oficial de la Federación se remite al habitual «compromiso absoluto de los jugadores, como han demostrado durante toda su carrera». Detrás de eso existen razones para pensar que Pau estará en el campeonato que se celebra el próximo septiembre. La primera es que el jugador de los Bulls fue el «encargado» de anunciar extraoficialmente el regreso de Scariolo. En las páginas de «Marca» le dio la bienvenida y le calificó como el técnico «idóneo» para la Selección. Horas después llegó la confirmación de la FEB. Hay más. El sí de Nikola Mirotic a la Selección este verano es «responsabilidad», en buena parte, del propio Pau. Su conexión con el ala-pívot montenegrino en Chicago ha sido excelente desde el arranque de la temporada. La relación ha sido muy estrecha dentro y fuera de la cancha. Para Mirotic, Pau ha sido poco menos que el hermano mayor que necesitaba en su año de novato y se ha convertido en un ejemplo a seguir.
El último detalle es la concesión del Premio Princesa de Asturias a los dos hermanos por su presencia como titulares en el último Partido de las Estrellas. Si los dos renunciaran a la Selección y un mes después recibieran el Premio en Oviedo, el papelón para ambos podría ser inolvidable.
Por último, se encuentra el estado físico de Pau. No ha terminado la temporada muy desgastado y a un mes de cumplir los 35 se encuentra mejor que otros años a estas alturas.
El caso de Marc es muy diferente. Lleva nueve veranos seguidos acudiendo a la llamada de la Selección, a los que hay que sumar alguno más –al menos cinco– con las categorías inferiores. A partir del 1 de julio podrá firmar el contrato de su vida (97 millones de euros por cinco años con los Grizzlies o 70 «kilos» por el mismo periodo con cualquier otra franquicia) y el equipo al que se una le «exigirá» plena dedicación salvo para acudir a los Juegos Olímpicos de Río. Su frase –«algún día tendré que parar»– resulta hasta comprensible.
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