Las polémicas del sábado: el Huesca y el Leganés se sienten perjudicados

Se acerca el final de la Liga y crece la tensión. Cada punto puede ser decisivo para los objetivos de los equipos y cada jugada se mira con lupa más si cabe que a otras alturas de la temporada. En tres de los cuatro partidos de la jornada 27 adelantados al sábado hubo polémicas. Son éstas:

Atlético-Leganés: ¿penalti a Arnaiz?

El Atlético venció al Leganés de penalti, o más bien después de que Saúl aprovechara el rechace de la pena máxima que había fallado. Omeruo mete el pie ante Correa y lo derriba. El contacto es leve, pero existe, de ahí que no sea una acción en la que el VAR tenga que intervenir, tal y como está concebido en estos momentos. Pellegrino, el entrenador del Lega, lo calificó de penalti «soft» (blando).

Cerca del final del partido, el Leganés solicita una pena máxima de Rodrigo a Arnaiz. Hay contacto. El VAR no interviene porque podría existir la duda de si la patada es suficiente para el derribo, pero con las imágenes es difícil demostrar que no hay penalti, por tanto no hubiera sido una locura pensar que la tecnología tendría que haber actuado. Ahí está la dificultad del VAR y lo que crea confusión: sólo interviene en las jugadas claras y manifiestas, pero determinar cuáles son este tipo de jugadas es subjetivo. Mateu Lahoz, el árbitro de campo del encuentro, estaba muy bien colocado y no señaló nada.

Barça-Rayo: ¿penalti a Semedo?

El Barcelona dio la vuelta al resultado ante el Rayo con un gol de penalti de Messi que supuso el 2-1 (después, Suárez haría el 3-1). La acción la protagoniza Semedo, que regatea a Amat y éste mete la pierna. Se produce un contacto y el barcelonista cae. A interpretación de cada uno está si el contacto es suficiente para derribar a Semedo, pero precisamente por este motivo no es una jugada en la que tenga que entrar el VAR. Hay que recordar que el árbitro de campo jamás puede solicitar ir a ver una jugada para aclarar dudas, sino que tienen que avisarle desde la cabina para que vaya a verla; y que la tecnología sólo interviene en errores clamorosos. Por poner un ejemplo, si se juntara a cien personas para ver esta jugada sería difícil que se pusieran de acuerdo. Por eso el VAR guardó silencio.

Getafe-Huesca: ¿error del VAR?

El partido se tuvo que parar varias veces. En el primer gol del Mata, que era el 1-1, para ver si había mano de Maksimovic en el arranque de la jugada o fuera de juego. No hay ninguna de las dos cosas. El 2-1 de los madrileños fue de un penalti claro de Galán a Djene. Lo realmente polémico fue cuando al final Arambarri sujeta a Musto en el área y le impide rematar. Hubiera podido ser la opción de empatar para el Huesca. La acción es bastante clara, si las cien personas de las que hablábamos antes en el ejemplo vieran esta jugada, para casi todos sería penalti, de ahí que puede considerarse un error del VAR no haber llamado al árbitro, Prieto Iglesias, a que la revisara. Francisco Rodríguez, el técnico del conjunto aragonés, se quejó y fue expulsado.