Los ocho de Cristiano

Cinco goles al Bayern y tres al Atlético es su saldo en veinte días. «El equipo estuvo fantástico. Un partido redondo», dice CR.

«Me he preparado para estar bien en el último mes», descubrió Cristiano después de marcar dos goles en Múnich. Comenzaba lo más duro y decisivo de la Liga de Campeones y el portugués había aparecido por primera vez de verdad en esta edición. No era el de otros años, empeñado desde el principio en marcar y jugarlo todo. De hecho sus números no tenían nada que ver con otras temporadas, donde en la fase de grupos ya llevaba bien abultados los bolsillos. Este curso ha pasado sin hacer ruido por la parte llana de la competición para atacar de verdad en los puertos de alta montaña, que es justamente lo que se le pide a un Balón de Oro y algo que muchos le criticaban.

Un gol al Dortmund y otro al Sporting de Lisboa fue todo lo que celebró Cristiano en la fase de grupos. No marcó ante el Nápoles en octavos, más preocupado de asistir a los compañeros y participar en el juego. Llegaban los cuartos y las semifinales, o lo que es lo mismo, el Bayern y el Atlético. Un momento para Cristiano, que se ha disparado en los últimos tres partidos europeos. Cinco tantos a los alemanes y tres a los rojiblancos ayer interpretando el papel por el que es un futbolista tan valioso y uno de los dos mejores del mundo. No es exquisito con la pelota, pero es letal en el remate y su versión de delantero puro es la que está llevando al Real Madrid hacia adelante.

«El equipo ha estado genial, los goles son una consecuencia natural del juego y me ha tocado hacerlos a mí», afirmaba Cristiano. «Por fin nos ha salido una actuación redonda ante el Atlético», añadía. El grupo jugó y peleó ante el Bayern, esperando a que su estrella decidiera tanto en la ida como en la prórroga en el Bernabéu. El choque estaba igualado y las fuerzas se acababan. Tenía que aparecer el mejor futbolista sobre el campo y lo hizo para llevar a los suyos a semifinales.

En la penúltima ronda asomaba el Atlético y Cristiano descansó en Riazor antes de afinar un poco la puntería ante el Valencia con un bonito cabezazo. Se siente cada vez más cómodo dentro del área, de «9», aunque Zidane le deja que parta desde la banda en algunas ocasiones. Para el técnico, la demarcación del portugués a estas alturas es la que él quiera y eso hace a Cristiano sentirse libre para salir y entrar del área. Fuera es un futbolista bueno, dentro es un «killer» que suma ocho goles en los últimos tres partidos de Champions ante dos equipos de nivel máximo y con un buen rendimiento defensivo.

Al Atlético le marcó tres en la ida liguera en el Vicente Calderón y ayer repitió cifra en casa para acercar al Madrid a la final de Cardiff. Primero con la cabeza, poderoso ante Savic, después con una volea imposible para Oblak y el tercero, con más suavidad, embocando un «putt» en la portería rival con mucha tranquilidad.

Tiene todos los recursos rematadores y ha sabido cambiar la cantidad de goles por la calidad. Este año hace tiempo que está fuera de la pelea por el Pichichi en Liga, pero no le ha preocupado. Zidane le convenció para descansar de vez en cuando –«él sabe que es importante», dice el técnico»– y hacer justo lo que desveló el luso en las entrañas del Allianz Arena: llegar bien al último mes y medio. Y vaya veinte días lleva CR.