Marcelo se indigna con un mensaje de Instagram: “Todo culpa mía!!! Seguimos”

El brasileño responde a una publicación donde le acusan de ser culpable de la derrota del Real Madrid.

Marcelo se siente en la diana. Antes le sucedió a Isco y ahora le pasa a él: que se busca un culpable para la derrota que ha pinchado la ilusión madridista y el brasileño es quien más números tiene para cargar con las culpas. También porque los números son devastadores, en su contra. Con Reguilón de titular, el Madrid ha ganado los ochos partidos; con Marcelo, en los últimos 9 encuentro de Liga, sólo ha ganado uno. Eso explicaba una publicación de Instagram y Marcelo contestó: “Todo culpa!!! Seguimos”.

La temporada del brasileño es una de las peores noticias del Madrid. Su rendimiento está muy por debajo de lo esperado y pese a que Solari confía en él no consigue que el lateral recupere su forma. Contra el Girona Reguilón no fue ni convocado porque el argentino confío en Nacho como suplente por si sucedía algo.

A Marcelo tampoco se le puede reprochar su falta de compromiso. Cuando el Madrid jugó en Ámsterdam y recibió el gol en la primera parte, el brasileño estaba al lado de la pantalla del VAR y pudo ver antes que nadie cómo se veía que era fuera de juego. Fue el primero en celebrarlo, con una alegría pura, de madridismo. Es un madridista reconocido, indudable, pero también es cierto que sus papel este año no está a la altura. A Eusebio le preguntaron si en la segunda mitad había buscado la espalda de Marcelo para hacer daño al rival, un plan que repiten a menudo los técnicos que se enfrentan al campeón de Europa. Al brasileño siempre le ha costado volver, pero ahora se le nota mucho que no puede. Y ha perdido influencia en el ataque.

Pero el Madrid le necesita. Reguilón da fuerza, pelea todo, no se arruga y se entrega. Sin embargo, no tiene la calida ni es decisivo como Marcelo. Ningún lateral del mundo es tan importante como lo ha sido el brasileño. Solari quiere recuperarle y le da minutos en partidos como contra el Girona, a priori menos complicados. Marcelo quiere y no puede. “Ha estado bien”, dijo un lacónico Solari.