Cristiano Ronaldo
Más rápido que los mitos
Cristiano suma 300 goles con el Madrid y, con muchos menos partidos, tiene a tiro a Di Stéfano (307) y Raúl (323)
Cristiano supone ahora mismo para el Real Madrid el 41 por ciento de los goles en Liga y el 38 de los de la «Champions». Además, sólo seis equipos de la Liga BBVA, incluido el suyo, han marcado más que él en lo que va de campeonato. Así de grande es la dimensión goleadora de un futbolista que va más rápido que los mitos que le precedieron en la historia del club blanco. Decía Hierro, que ahora ve de cerca cada entrenamiento de Ronaldo como entrenador ayudante, que Raúl era un Ferrari que iba a adelantar a todos. Ahora otro «7», con unas condiciones y un físico propios del siglo XXI, le va a sobrepasar a toda velocidad.
Grandes futbolistas que dedicaron toda su carrera al oficio de marcar goles miran con asombro lo que hacen Cristiano y Messi. Ellos saben mejor que nadie lo difícil que es sumar al máximo nivel y se rinden al ver cómo «CR7» devora las cifras con un apetito insaciable. En Vallecas alcanzó los 300 goles vestido de blanco, una barbaridad que le deja a siete de Di Stéfano y a 23 de Raúl González. Ya está en el podio de anotadores madridistas, aunque su mayor valor es haberlo conseguido tan rápido, en tan pocos partidos. Su promedio es de 1,04 tantos por encuentro, un apartado en el que sólo Puskas (0,93) es capaz de, al menos, acercarse un poco. Mantener esta media con 288 encuentros ya completados resulta sobrenatural para los que antes estuvieron en su lugar y por eso los va a pasar como un cohete.
La Saeta Rubia necesitó ocho partidos más de los que él acumula hasta ahora (ver gráfico adjunto) para anotar siete goles más; y Raúl cerró su carrera en el Real Madrid con 323 dianas en 741 encuentros, 453 más de los que lleva Cristiano, que sólo necesita 23 aciertos más para ponerse a su altura.
Ronaldo siempre quiere más y ahora parece lanzado hacia un final de temporada tan bueno como fue el comienzo. Está recuperado del bajón físico que él mismo y su técnico reconocieron, y que, al analizarlo numéricamente, vuelve a confirmar su nivel de Balón de Oro. El apagón anotador en el arranque de 2015 se traduce en seis choques sin marcar de 14 disputados, un drama para él, pero el día a día de la mayoría de delanteros de talla internacional. En «baja forma» marcó 9 goles y repartió 4 asistencias, para volver a apretar el acelerador ante el Granada. En una soleada mañana en el Bernabéu anotó el primer repóquer de su carrera, una actuación que podría servir para explicar su repertorio rematador o, mejor dicho, sus distintos lenguajes ofensivos. Es un atacante total, que hace daño llegando desde la banda o como delantero centro. Amenaza desde lejos y tiene olfato para buscar el rechace como el mejor «cazagoles».
En Vallecas, en un partido más áspero que el del Granada, también fue decisivo desequilibrando en la jugada del penalti no pitado y después marcando el primero y asistiendo a James en el segundo. Disfruta cuando la corriente va a favor y aparece siempre que ésta discurre en sentido contrario. El campo del Rayo le recordaba el famoso gritito cada vez que fallaba una acción, pero esto no es un problema. La adversidad es su mejor alimento, «porque es capaz de convertirla en motivación», dicen los psicólogos deportivos.
El club decidió finalmente recurrir ayer la amarilla que vio por fingir dentro del área, así que depende de Competición que pueda jugar ante el Éibar un partido en el que faltarán James y Kroos. La amonestación de ambos no tiene duda y cumplirán ciclo mañana en el Bernabéu. Junto a estas dos bajas están los problemas físicos de Bale y Modric. El galés jugó en Vallecas a pesar de sus molestias en el dedo gordo del pie derecho. Ahora sus achaques han aumentado y Ancelotti no quiere perderlo a él y a Cristiano a la vez para ningún encuentro. Modric se fue cojeando tras ganar al Rayo y, aunque Ancelotti dijo que no tenía otra cosa que no fuera cansancio, la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones está demasiado cerca como para arriesgar. No contar con Kroos, James, Modric y Bale sería demasiado riesgo y quizá por esto el club decidió protestar la amonestación de Cristiano.
También pesó en la balanza el ansia del portugués por estar siempre disponible y dispuesto para aumentar sus estadísticas. Quiere jugarlo todo y se ve capaz de aguantar varios partidos sin merecer esa quinta amarilla, que le apartaría por un encuentro. En Vallecas contó hasta 300 y prefiere no esperar para celebrar el 301 y estar más cerca de los dos históricos que todavía le preceden. Va más rápido que los mitos que lo fueron en color y aquéllos que triunfaron en blanco y negro. Sus goles no entienden de épocas.
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