Copa del Rey

Sevilla

Messi entra en escena

El Sevilla defiende el 2-0 de la ida de cuartos de Copa contra el Barcelona, que esta vez sí contará con el argentino. Leo ha marcado 32 goles a los andaluces.

Messi y Luis Suárez, en la última sesión preparatoria antes de enfrentarse al Sevilla
Messi y Luis Suárez, en la última sesión preparatoria antes de enfrentarse al Sevillalarazon

El Sevilla defiende el 2-0 de la ida de cuartos de Copa contra el Barcelona, que esta vez sí contará con el argentino. Leo ha marcado 32 goles a los andaluces.

El Sevilla y la Copa ya hicieron llorar a Leo Messi. Fue en 2010. Los andaluces pudieron con el Barcelona después de imponerse 1-2 en la ida de octavos en el Camp Nou. En la vuelta, la victoria de los catalanes por 0-1 fue insuficiente. Leo terminó abatido y en el vestuario se le saltaron las lágrimas. Era el primer título que perdía el conjunto dirigido por Pep Guardiola. Todas las miradas de la eliminatoria de cuartos de este curso se centran ahora en el argentino. Tras perderse el choque del Pizjuán en la ida, en la que el Sevilla se impuso 2-0 ante un once extraño que presentó Valverde, pero con muchos titulares (3 defensas, 2 medios y un delantero), el «10» es la esperanza de unos y el temor de otros.

Los datos históricos están con los hispalenses. De las 14 veces que se han visto con idéntica ventaja en Copa, en 11 sacaron la eliminatoria adelante. El Barça, por su parte, sólo superó en esta competición un 2-0 adverso una vez de siete, y hace 53 años. Machín se marca como objetivo, aparte de hacer un buen partido y de dar la cara, «marcar un gol» porque eso les «facilitaría las cosas». Traducción: si el Sevilla anota un tanto, su rival necesitará cuatro si quiere pasar a la siguiente ronda.

Pero también hay números que juegan a favor del Barcelona. Los dos triunfos más recientes del Sevilla contra los azulgrana fueron cuando no estaba el «10», que ha sumado ante el equipo andaluz 32 goles en 35 partidos. Es su rival «preferido». El precedente de Liga fue con medio Messi, ya que se lesionó a los 20 minutos. El duelo acabó 4-2. Ese marcador le serviría al Sevilla. Leo parece con ganas de disputar el encuentro. «Que venga la afición al campo. Va a ser duro. No es fácil levantar un 2-0 y encima al Sevilla, con jugadores muy buenos... Vamos a necesitar lo mejor de nosotros y lo mejor de la gente para pasar, porque queremos pasar», dijo en la gala de «Mundo Deportivo». Acaba así con la extraña sensación que hay en la Ciudad Condal de que la Copa, después de haberla ganado las cuatro últimas ediciones, no le importa este año al equipo por la cuestionable idea de que agota a los jugadores con vistas al final de la temporada. Es absurdo pensar eso ahora, que quedan dos partidos para la final, y con tres semanas de diferencia entre ellos (el 6 de febrero se juega la ida de semifinales y el 27, la vuelta), con, además, una semana en medio sin jugar el miércoles (la del 11 al 15). Contribuyó Piqué a aumentar esa percepción con sus palabras tras la derrota en el Pizjuán: «Si le damos la vuelta, bien; si no, otro año será». Pero Valverde se unió ayer a Messi y pidió al público que acudiera al estadio para ver si entre todos conseguían que fuera una noche histórica. La última derrota del Barça en esta competición en una eliminatoria fue en 2013, en las semifinales contra el Real Madrid.

El Sevilla sí tiene claro que la Copa es un objetivo, con el morbo añadido de que la final se va a jugar en el estadio del eterno rival, el Benito Villamarín. «En Sevilla habrá chascarrillos por este motivo», admitió Machín. «Pero para mí lo de menos es dónde. Yo quiero jugarla sea donde sea, pero para llegar a eso faltan muchos pasos por dar», añadió el entrenador.