Torneos de Golf
Molinari eclipsa al mejor Woods
Es el primer golfista italiano que gana un Grand Slam. Tiger se reivindicó en el British
Se abrazó a Peio Iguarán, su caddy, un donostiarra que lleva dos años con él , y se fue a la casa club convencido de que el espectacular golpe que había dado en el 18 para cerrar su participación en el British le iba a llevar a la gloria. Y así fue. Francesco Molinari, nacido en Turín (8-11-82), residente en Londres, hincha del West Ham, casado con Valentina y con dos hijos, Tommaso y Emma, entraba en la historia del golf al convertirse en el primer italiano que vence en un Grand Slam. Y su incontestable triunfo, un éxito que no se pronosticaba días antes del Open Británico, tuvo, además, la suerte de aliarse con la reaparición del mejor Tiger Woods, con el que compartió partido. El californiano ha vuelto, acabó con (-5) y el doble «bogey» del once le «robó» todas las posibilidades de la gesta.
El italiano no comenzó muy bien el torneo. Las dos primeras jornadas (70 y 72 golpes) no le auguraban nada bueno. Sin embargo, el sábado su juego se transformó, su solidez en el «green» y sus golpes en la hierba quemada de Carnoustie le hicieron terminar el recorrido con 65 golpes (-6) y colocarse a tres de los líderes.
Complicado que pincharan todos, pero aprovechó su oportunidad para mostrar una regularidad tremenda en el último recorrido, quizá inspirado por tener como compañero a Tiger. Quizá porque no tenía nada que perder y su presión era menor que la de sus rivales. Eso le permitió hacer una primera mitad de vuelta sin fallos. Regularidad, 36 golpes para mantener las ilusiones. Mejoró en la segunda parte, completó dos «birdies» (14 y 18) para esos 69 que le han llevado a la gloria. Puede asegurarse que fue el triunfo de la constancia y del empeño. Sin un juego espectacular supo leer muy bien los «greens» y procuró arriesgar lo justo. Lo que le permitió mantenerse en el grupo de favoritos y dar el zarpazo definitivo cuando Rose (278), que finalizó segundo, seguía desde la casa club los golpes de Molinari y Tiger. El italiano firmó el triunfo, se llevó la jarra y Woods nos devolvió la ilusión. Lleva cinco años sin ganar, pero ayer nos demostró que es un maestro y que siempre será grande. Lo que es desde ahora Molinari.
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