El día mundial de las motos

Cheste- Márquez ya tiene en el bolsillo las llaves del deportivo que regalan al piloto con más «poles» de la temporada, pero el lujoso deportivo que se llevó ayer no es nada comparado con lo que le espera hoy. Él y Lorenzo han peleado durante 17 carreras para que la última sea la más bonita de su vida, se juegan el mundo en 30 vueltas y nadie se lo quiere perder, ni siquiera Felix Baumgartner, el austriaco que saltó al vacío desde la estratosfera.

Unos 100.000 espectadores se esperan en Cheste para la batalla definitiva, el tercer «match ball» de Marc, que ayer fue al límite para pulverizar el récord del circuito y marcar el territorio desde la primera posición de la parrilla. «Seré el mismo Marc de siempre, nos ha ido bien así y no hay que cambiar ahora», explica el novato respecto a si conducirá con mucho cuidado buscando la cuarta plaza que le basta para ponerse la corona. Se siente más seguro cerca del límite que siendo conservador y tampoco va a renunciar a asombrar una vez más a todos con una nueva victoria.

Dice que ha dormido a pierna suelta todos estos días y bromea cuando su rival dice que si tuviera que apostar, pondría casi todo su dinero a favor de Márquez: «Presión, presión», le contestó el «rookie» con una amplia sonrisa. No se cree el realismo de Lorenzo, por mucho que las estadísticas estén de su parte. En todas las carreras que ha terminado (16 de 17) lo ha hecho en el podio, un resultado que le valdría para celebrar su gesta. Está muy cerca de ser el más joven en ganar un Mundial de MotoGP y quizá por eso los aficionados enloquecen al verlo. Su paso por el «paddock» es un remolino permanente de personas que le piden fotos, firmas o simplemente una mirada. Él responde a todos con amabilidad, aunque claro que siente presión: «Esto es MotoGP y estás luchando con el campeón, que reconoce estar en uno de los mejores momentos de su vida. Espero no fallar»

«Se respira un ambiente diferente, se nota que pasa algo importante», reconoce Valentino, que no tiene un favorito en su corazón para el desenlace. Pedrosa también lo ve relajado desde fuera y le dio a Jorge la fórmula para culminar la remontada: «Tiene que correr todo lo que pueda y empezar a rezar ya». Dani fue tercero ayer, pero el mundo se para hoy sólo para los dos elegidos. Una podrá sonreír y al otro no le valdrá el consuelo de ser el ganador moral. «Si lo consigo será el título más emocionante de mi vida y si no, habrá que felicitar a Márquez, que lo habrá merecido. Yo fallé en dos carreras, cuando me lesioné, pero hace tres semanas lo veía imposible –llegó a tener 44 puntos de desventaja– y ahora tenemos una oportunidad».

El desenlace se acerca. A partir de las 14:00 se para el mundo.