MotoGP
Moto GP: Márquez responde a su manera
Abrumadora victoria del español en Texas. «Tenía ganas de hablar en la pista», dijo
Abrumadora victoria del español en Texas. «Tenía ganas de hablar en la pista», dijo.
Se completaron las veinte vueltas previstas, pero carrera como tal no hubo. La secuestró Márquez desde el minuto uno, como cada año en Texas, donde volvió a dar una soberana paliza al resto. Lideró todos los pasos por línea de meta y en el último tuvo tiempo para ponerse de pie encima de la moto y mover las dos manos en un gesto con el que pedía calma y se acordaba de los niños de Unicef. Después de tanta tempestad, Marc reclamaba un poquito de tranquilidad. Lo de Argentina había enrarecido el ambiente y el incidente y la sanción en la Q2 no gustaron al «93», que ganó su primera carrera del año y contestó de forma contundente y a su manera a todo lo que se había hablado fuera de la pista.
Machacó el cronómetro en cada giro y disparó la diferencia hasta más allá de los seis segundos, cuando en los cincos años anteriores su media de ventaja había estado alrededor de tres. Quiso dar un toque de atención y vaya si lo consiguió. Salió justo al lado de Rossi, pero el italiano no pudo ni verlo. La diferencia entre ambos es muy grande ahora mismo y resulta complicado imaginar un nuevo altercado en pista próximamente.
La temporada apunta a monólogo del vigente campeón y, aunque en Austin siempre ha abusado, ayer se confirmó que más allá de sus buenas sensaciones en Estados Unidos la combinación moto-piloto funciona mejor que en las últimas temporadas. Si no hay más imprevistos va a haber que ir buscando rivales que puedan tener la regularidad suficiente para discutirle el campeonato. Dovizioso rescató un quinto puesto que le permite ser el nuevo líder con un punto de ventaja, pero las sensaciones en la gira americana no han sido buenas para el italiano. Empezó ganando donde se esperaba (Qatar) y ha sufrido más de lo previsto en Argentina y Texas. Con el Mundial desembarcando en Europa (Jerez 6 de mayo) le toca confirmar su nuevo estatus de piloto «súper top». Con permiso de Dovi, Maverick podría ser el antagonista más sólido para Marc. No ha sonreído ni una sola vez este fin de semana, centrado sólo en la mejora de la Yamaha. No quiso decir una palabra sobre lo sucedido en la Q2 y en carrera fue el único que pudo calcar los tiempos del ganador durante algunos momentos. «Se huele ya esa victoria», admitía Viñales, que se está recuperando. Poco más hay en el horizonte si Valentino no le da otro sorbo a esa pócima de la eterna juventud que le ha llevado hasta los 39 años. Parece que cada vez le hace menos efecto, aunque en Jerez, una de sus casas preferidas, se podrán sacar más conclusiones. Ayer llegó hasta donde pudo y no fue el podio por uno de esos días de inspiración de Iannone.
«Era mi estrategia, empezar, apretar y ya está. No tenía confianza para luchar así que me he escapado desde el principio. Tenía ganas de hablar en la pista, que es donde se me da mejor. La rabia interior me ha empujado», explicaba Marc entre un griterío en el que se mezclaban los aplausos y los abucheos. «Hay mucho ruido aquí», lanzó con ironía y algo de malestar. Lo normal en las motos es que el público reconozca una actuación tan espectacular como la de Márquez ayer, pero las tempestades ante los micrófonos tienen estos efectos. Él no ha querido contestar con palabras. Lo hizo sobre la pista, con tanta superioridad que dejó atrás hasta a la polémica.
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