Bilbao
«Mozart» vs. «El Tigre», gran revancha en Sochi
Un año después de escenificar un cambio de ciclo en el ajedrez, Magnus Carlsen, campeón mundial, y su antecesor, Viswanathan Anand, vuelven a retarse.
Un año después de escenificar en Madrás (India) un cambio de ciclo en el ajedrez, el noruego Magnus Carlsen, campeón mundial, y su antecesor, el indio Viswanathan Anand, vuelven a retarse, ahora en la ciudad olímpica de Sochi (Rusia), en una revancha inusualmente rápida.
Carlsen, de 23 años, apodado "el Mozart del ajedrez"por su juego armónico e imaginativo, destronó el 22 de noviembre pasado a Anand, de 44, que encajó una derrota humillante ante sus paisanos. El joven noruego venció por 6,5 a 3,5 puntos sin perder una sola partida de las diez que se jugaron (siete tablas y tres victorias).
Una preparación insuficiente de Anand en las aperturas y su propensión a cometer errores cuando la partida entraba en la cuarta hora de juego precipitó el desenlace en Madrás. No fueron necesarias las partidas 11 y 12. Carlsen se convirtió en el vigésimo campeón mundial de ajedrez y en el segundo más joven de la historia. Sólo Gary Kasparov le precede, por unos meses.
Carlsen, que había batido en enero del 2013 el récord de puntuación ELO -hasta entonces en poder del ruso Gari Kasparov- con 2.849, ratificó frente al "Tigre de Madrás"su condición de número uno mundial, que ya disfrutaba a título oficioso desde años antes.
Anand, campeón del mundo en dos periodos, primero del 2000 al 2001 y luego desde el 2007 hasta 2013, cedía su corona al hombre-máquina, un jugador capaz de proceder en sus análisis con el rigor, el aplomo y la lógica implacable de una inteligencia de silicio, muy diferente al viejo jugador romántico que incendia el tablero y cautiva al aficionado con sacrificios y ataques suicidas.
Anand, que dobla en edad a Carlsen, parecía haber perdido gran parte de las cualidades -imaginación, intuición, rapidez de reflejos- que le auparon a la cima del deporte-ciencia.
Pero sólo cuatro meses después, el 31 de marzo pasado, resucitó con una victoria consistente, sin conceder una sola derrota, en el torneo de candidatos de Khanty-Mansiysk (Rusia) y se ganó el derecho a una revancha con el campeón, contradiciendo a quienes consideraron que su carrera deportiva estaba abocada a un irremisible declive.
Después de su derrota de Madrás, Anand introdujo cambios en su equipo de asesores -el danés Peter Heine Nielsen y el uzbeko Rustam Kasimdzhanov dejaron de trabajar con él- que parecen haberle dado fruto. Ahora afronta el nuevo "match"con renovado afán combativo, consciente de la tortura que le aguarda frente a un jugador que acostumbra a prolongar las partidas mientras tenga una mínima posibilidad, por remota que sea, de alcanzar la victoria.
Carlsen está seguro de sus fuerzas: "Si alguien tiene una ventaja psicológica, ese soy yo, sin duda", ha dicho. Pero Anand no lo está menos: "He recuperado la confianza. Sé que, aun cuando cometiera los mismos errores, actuaré de manera diferente. Madrás fue un momento bajo en mi carrera. Jugué mal y perdí, pero en menos de un año he sido capaz de ganar el torneo de candidatos, y tanto en Khanty como en Bilbao (Torneo de Maestros) he sido feliz con mi juego. Tengo buenas sensaciones para Sochi".
El encuentro, previsto al mejor de 12 partidas, se disputará del 8 al 28 de noviembre en la Villa Olímpica de la ciudad de Sochi, que este mismo año organizó los Juegos de Invierno, hace tres semanas el primer Gran Premio de Fórmula uno en Rusia y en 2018 será una de las sedes del Mundial de fútbol.
El control de tiempo es de dos horas en cada reloj para los 40 primeros movimientos, 60 minutos para los 20 siguientes y 15 minutos para el resto de la partida con un incremento de 30 segundos por movimiento a partir del 61.
Será campeón el primero que sume 6,5 puntos. En caso de empate a 6, el día 27 se jugará un desempate a partidas rápidas (25 minutos, más 10 segundos por movimiento) y, si persiste la igualdad, dos juegos "relámpago"(5 minutos, más 3 segundos).
La bolsa del combate es la mínima establecida por la Federación Internacional (FIDE) para un Mundial: un millón de euros, de los que 600.000 serán para el ganador. Si hubiera desempate el reparto sería del 55 por ciento para el vencedor y 45 para el derrotado. (Efe)
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