Celta de Vigo
El Madrid de Zidane gana al Celta con los apartados de Solari (2-0)
Isco se marchó del campo aplaudido y él aplaudiendo a la grada. Así funciona el fútbol, de rápido, de vueltas de tuerca, como si el guión lo escribiese un guionista de Hollywood que necesita exprimir el argumento aunque roce la inverosimilitud. Isco hizo el primer tanto del encuentro, después de una jugada de Asensio. El segundo lo marcó Bale, que lo había estado buscando, tras un pase de, es fácil de adivinar, recuerden lo del guionista, de Marcelo. Los cuatro que más dudas han ido arrastrando a lo largo de la temporada, las cuatro ausencias que tanto han marcado el devenir del conjunto blanco. Sin ellos, los más talentosos del vestuario, era un quiero y no puedo. Con ellos dispuestos a la causa, todo fluye mejor, el fútbol es más sencillo y no se va al Bernabéu dispuesto a sufrir.
Zidane empezó con una victoria y una buena segunda parte su segunda era. Bueno, empezó antes, con una alineación en la que volvió nueve meses atrás, como si no hubiera pasado el tiempo o como si para superar una situación complicada como la que está el Madrid necesitase fiarse de los que conoce y de los que le llevaron al éxito. Navas estaba en la portería, Isco en el centro del campo, Marcelo en la izquierda y Bale en una banda. Había muchas bajas, pero la impresión que dio es que el único que faltaba era Casemiro. Cuando en su tercera temporada, en ese invierno que se le escapó la Copa y no terminaba de arrancar en Liga, Zidane decidió dar un giro de timón, dejó de contar con los jóvenes y puso su fe en los veteranos. Le llevaron a la tercera Champions consecutiva. Eso ocurrió contra el Celta. Mejor lo conocido.
Y le salió bien. La primera parte no fue especialmente buena, pero según pasaban los minutos mejor se fue sintiendo el Madrid. Marcelo daba sentido por la izquierda, Isco ayudaba y Bale empezaba a ser profundo, más por la izquierda, aunque se cambiaba de banda con Asensio. Y Navas paraba el buen comienzo del Celta. Durante la primera media hora, parecía más entero el equipo de Escribá, también con muchos problemas. Puso en peligro al Madrid. Los de Zidane usaron el recurso que más le gusta al francés, los balones desde la banda y así se hicieron con el partido.
En la segunda parte, sí que tomaron el partido, se hicieron con él y se descubrieron. Asensio se vio potente, Isco cerca del área, Marcelo imaginativo y Bale con ganas. Eso es otro Madrid, otra era quizá.
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