Salah, Firmino, Mané y ocho más

El egipcio es la amenaza para el Madrid. Se ha saltado el Ramadán para llegar a tope al partido. La delantera del Liverpool es la sensación de la temporada en Europa.

El egipcio es la sensación de la temporada, el goleador y símbolo cultural, Firmino el más técnico y Mané el que pone la velocidad. El Liverpool depende de ellos. Los dos primeros encabezarían la clasificación de máximos goleadores de esta edición de la Champions, si no fuera por Cristiano Ronaldo, que no deja sitio para nadie. Sin embargo, el año que la BBC ha perdido protagonismo y que el Barcelona, sin Neymar, ha dejado de jugar con tres arriba, el trío ofensivo del Liverpool ha acaparado el protagonismo, con permiso del madridista. «No importa quién marque los goles, lo más importante es ganar partidos», decía Salah a la UEFA. «He marcado 10 goles en Champions, Mané otros diez y Firmino nueve. No somos egoístas», dice.

En la Premier, Salah ha hecho 32; Firmino, 12 y Mané, 10. Más de 80 goles entre los tres en las dos competiciones, una temporada casi perfecta de unos jugadores que han aprendido a coordinarse a velocidad supersónica. «Firmino es el más equilibrado muscularmente», dice a LA RAZÓN Rubén Pons, fisioterapeuta del Liverpool, «tiene estabilidad y potencia, se le ve cuando salta y se gira en el aire y cómo controla la situación». Es el futbolista que aguanta la pelota de espaldas para controlar los balones largos y hacer la transición y no para de trabajar. Según la UEFA, es el futbolista del Liverpool que más kilómetros ha hecho en esta campaña en Europa.

Firmino es el que más corre, pero el rápido es Mané: «Aparentemente no parece fuerte, pero sí que lo es», continúa Pons. También es vertiginoso. Carvajal ya sabe que le toca uno de los peores duelos de la noche porque Mané va a buscar su espalda una y otra vez. Por eso Zidane puede plantearse la salida de Lucas Vázquez para ayudar. Uno, Firmino, controla; otro, Mané, corre; y es Salah el que hace los goles. Esta temporada a montones. «Tienen un centro de gravedad bajo», dice Pons, muy cercano al futbolista egipcio. «Es un tipo normal, muy cercano, que le gusta hacer bromas, muy metido en el equipo». Es la sensación de la temporada en Europa. «Estoy en un buen estado de forma gracias al trabajo duro, pero creo que mantener este nivel es lo importante», ha explicado a la UEFA. Se había especulado mucho con que podía faltarle energía para el partido más importante de la temporada a causa del Ramadán, pero se lo ha saltado para poder estar a tope contra la defensa blanca. Aunque durante esta semana los chicos de Zidane no han querido personalizar en nadie y aseguraban que el Liverpool es un equipo, Salah es el hombre a seguir. Casemiro va a tener que poner uno de sus ojos defensivos en el delantero para echar una mano a Marcelo si Salah arranca.

Para el egipcio el choque es la culminación de una temporada perfecta. Elegido mejor jugador de la Premier, segundo en la Bota de Oro tras Messi, su partido en la semifinal contra la Roma puso todos los focos mediáticos en él. Muchos le quieren ver, junto con Neymar, como el heredero de Messi y Ronaldo en el trono de fútbol y su valor en el mercado se ha disparado gracias a lo bien que se ha acoplado a Klopp: «Haces las cosas que él quiere, pero te da libertad para jugar con tu estilo. Te ayuda a rendir mejor. No sólo es mi amigo, es amigo de todo el equipo», ha dicho Salah del entrenador que le ha destapado. En Inglaterra consideran que Salah no sólo ha ayudado al Liverpool, también ha logrado que la comunidad musulmana sea vista de otra manera. «La multitud guarda un poco de silencio y le permite ese momento de reflexión», aseguraba un aficionado en el «New York Times» cuando recordaba alguna celebración de Salah, arrodillándose. «No es la solución para la islamofobia, pero puede ser un protagonista», decía Miqdaad Versi, el subsecretario general del Consejo Musulmán del Reino Unido en el periódico estadounidense. Salah es un goleador y un símbolo. Y la amenaza más terrible para el Madrid.