El Balón de Oro no engaña: el mejor es Modric

El portugués Cristiano Ronaldo y el francés Antoine Griezmann fueron segundo y tercero respectivamente.

Iba con pajarita, pero no por eso Modric parecía más elegante que cuando está sobre campo. Hay futbolistas que tienen tanto estilo con el balón que sin él. No son muchos, pero conviene tenerlos en tu equipo porque son los que hacen jugar y son los que poco a poco, sin hacer demasiado ruido, se hacen con el mando de las operaciones y todo lo que pasa en el campo depende de lo que hagan ellos. Son los dueños de la pelota, que da la impresión que se siente más a gusto en sus pies, que obedece mucho más que a otros.

En París, Luka Modric parecía más tenso que cuando se pone las botas, más fuera de sitio posando para los fotógrafos, caminando por el pasillo de Le Gran Palais y después recogiendo, por fin, con 33 años y cuatro Copas de Europa y un subcampeonato mundial, el Balón de Oro al mejor futbolista del planeta de este año.

Fue acompañado de su familia y de su hijo y sus dos hijas, una de ellas en sus brazos. Firmó algún autógrafo y posó con la cara de ganador. No hay mucho suspense en este premio porque antes hay que hacer las fotos para la entrevista. Modric fue el primero de las votaciones de la revista «France Football» con 753 votos, muy por delante de los 476 que consiguió Cristiano Ronaldo, que recogió el premio los dos últimos años y que ayer no estuvo en París para ver a quien fue su ex compañero. Tercera fue Griezmann con 414.

Por eso fue extraño o novedoso lo que sucedió anoche en la capital francesa. No estaba el delantero portugués y tampoco Messi, algo que no había sucedido desde 2007, al año que Kaká se llevó el galardón. Después, en la foto al lado del Balón de Oro siempre aparecía la cara de Cristiano Ronaldo o Messi, los dos grandes dominadores del fútbol mundial en esta era. Lo que ha conseguido Modric es un logro imposible para otros muchos. o por lo menos un logro que han perseguido muchos. Lo ha logrado antes que, por ejemplo, Neymar, señalado como el gran heredero y que tuvo que emigrar a París para encontrar un sitio. Lo ha logrado antes que Mbappé, al que todos miran como el futbolista que tiene que ocupar el trono en no mucho tiempo, pero que tampoco se atrevió a fichar por el Madrid para competir con las grandes estrellas. El francés se llevó el trofeo Kopa al futbolista con más futuro, pero aún no compite con los mayores.

Ha tenido que ser Modric, a sus 33 años, un centrocampista, un futbolista que no tiene una relación cercana con el gol, que es al final lo que da portadas, méritos y premios. A Luka no le ha hecho falta eso. Su fútbol, su capacidad para entender este juego desde el centro del campo ha sido un hecho apabullante para los periodistas que votan. El mundo del fútbol ha sido unánime esta temporada respecto a los méritos de Modric: le dieron el premio al mejor futbolista de Europa, se llevó el The Best de la FIFA en el que votan los capitanes y seleccionadores; y fue el mejor para los periodistas que son los que votan en el Balón de Oro, quizá el premio con más prestigio de todos por la historia que tiene detrás.

Luka Modric es un emigrante de la guerra de Yugoslavia de los años noventa, un niño que siguigó jugando al fútbol pese a tener que abandonar su casa para huir del horror después del asesinato de su abuelo. Jugó en el NK Zadar, el primer equipo que se fijó en ese niño que sólo quería estar con la pelota. Acabó en el Dinamo Zagreb y su siguiente paso fue ir al Tottenham. Cuando consideró que su nivel era más alto, que necesitaba otro paso más para continuar evolucionando, llegó la llamada del Real Madrid. No era uno de los futbolistas más conocidos, pero dentro del club estaban convencidos de que ese mediapunta, que parecía frágil era, en realidad, un jugador tremendo que necesitaba tiempo para explotar toda su capacidad.

Se fue paciente con su progresión en el conjunto blanco y Modric prontó comenzó a demostrar que era un jugador con varios pies por encima del resto. No todos los futbolistas son capaces de llegar al Santiago Bernabéu y no dejarse impresionar por un estadio que mira con recelo a los futbolistas que llegan y que apenas tiene compasión con quien no llega de la cantera. Modric nunca tuvo el vértigo que si tuvo un futbolista como, por ejemplo, Prosinecki, croata como él y que llegó al Madrid como el jugador con más talento de los balcanes de su época, pero al que el peso de la camiseta del Madrid le impidió progresar.

Modric no ha tenido prisa y nunca ha mostrado su ambición por ganar un trofeo que parecía reservado a otros jugadores con más nombre y estadísticas. No es sencillo medir con números el peso de un jugador dentro de un equipo. Los goles son un hecho tangible, algo innegable y las cifras de Ronaldo y Messi son tan asombrosas que no se pueden discutir. Lo de Luka Modric es otra cosa, una presencia, un modo de llevar los ritmos que necesitan los partidos.

En año de Mundial no es sencillo competir contra los ganadores del campeonato y Modric lo ha hecho. Entre los diez primeros de las votaciones de los futbolistas aparecen tres jugadores de la selección de Deschamps: Griezmann fue el segundo, Mbappé el cuarto y Varane el séptimo. Los títulos son casi siempre decisivos para poder conseguir el Balón de Oro, pero a igualdad o casi igualdad de trofeos conseguidos, lo que decide al final es la calidad. Modric ganó la Champions y fue subcampeón del Mundial. Por títulos, Varane le supera. Sin embargo, sólo consiguió 121 votos de los corresponsales de «France Football». Griezmann, por ejemplo, ganó la Europa League, un torneo menor en comparación con la Champions, pero se llevó el Mundial derrotando a Modric. Pero el talento de Luka Modric es superior.