Tenis
Bautista conquista Doha
El español vence a Berdych (6-4, 3-6 y 6-3) y gana el noveno título de su carrera
La semana de gloria de Roberto Bautista tuvo un final feliz, con la conquista del torneo de Doha. El jugador español, verdugo de Wawrinka y, sobre todo, de Djokovic, en rondas anteriores, lo que multiplica el valor del triunfo, ejercía como favorito en la final de Doha, ante un Berdych venido a menos las últimas temporadas (es el 71 del mundo, llegó a ser el 4 en 2015), y no falló. Pero no lo tuvo fácil el castellonense, que supo superar el bajó del segundo set, una pelota de «break» al comienzo del tercero y dos en el séptimo juego, para cortar el amago de reacción de su rival.
Berdych conserva su gran saque y sus golpes planos, que pueden ser una tortura si no se le tiene en movimiento. Con una rotura se llevó Roberto el primer parcial tras el típico arranque de tanteo. El castellonense se ha mostrado muy sólido desde el fondo durante todo el torneo, haciendo sufrir a los contrarios, siendo dominador, pero Berdych dio un pase adelante y le comió el terreno. Golpeando más cerca de la línea de fondo, el checo pasó a mandar para empatar el partido a un set. La «pájara» le duró todavía un rato más a Bautista. Comenzó el parcial definitivo con dudas, pero no se dejó ir. Se agarró a la pista, salvó una pelota de «break» nada más empezar que le hubiera hecho mucho daño psicológico y consiguió la ruptura y se situó 3-1, al aprovechar un despiste de Berdych, que hizo dos dobles faltas. El partido estaba enfilado, pero quedaba rematarlo, cerrarlo, «lo más difícil», que suele decirse en el mundo del tenis. Sabe sufrir Roberto Bautista, el tenista español más «extraño» en el sentido de que tiene una forma de golpear la bola más plana, y no tan «liftado» como lo hace el resto. Cuando pudo, mandó a su rival de un lado a otro, a correr, con tiros profundos. Cuando no, se defendió. Todavía le quedaba un momento de crisis: 4-2 arriba, 15-40 para Berdych. Un amago de remontada del checo, el momento de no temblar, y no lo hizo el castellonense. Primero, con solidez; después, aguantando (ya con 40-40, devolvió una bola que parecía definitiva y su oponente la echó fuera después) y finalmente, con clase: saque, derecha a un lado, derecha al otro y victoria en el juego... El camino al título ya sí estaba despejado, y con el último punto estalló Roberto Bautista con un «¡¡¡Vamos!!!» estrepitoso hacia su banquillo.
No hay mejor forma de empezar el año para el tenista entrenado por Tomás Carbonell y Pepe Vendrell. En 2018 las lesiones no le dejaron tener continuidad, pese a lo que ganó dos títulos (Dubái y Auckland). También falleció su madre. Para ella va el triunfo en Qatar.
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