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Inalcanzable

Djokovic, sin forzar, supera a Nadal y en el Masters jugará su decimoquinta final seguida

Nadal, superado por Djokovic
Nadal, superado por Djokoviclarazon

Djokovic, sin forzar, supera a Nadal y en el Masters jugará su decimoquinta final seguida

«Por el momento Novak es casi invencible. Lo único que puedo hacer es felicitarle. Así está la cosa ahora. No sé qué pasará en el futuro. Lo único que puedo hacer es no desearle suerte para el próximo año». Nadal, tan clarividente para destripar sus partidos, fue así de tajante después de jugar el último del año. Djokovic se impuso en la semifinal del Masters por 6-3 y 6-3 en 79 minutos. Lo tajantes que se muestran los números son el fiel reflejo de lo que sucedió en el O2. Pim pam pum. El serbio está en otro nivel y su victoria deja la impresión de que ganó cómo y cuándo quiso. Apenas cometió errores en los momentos decisivos: con su saque se mostró intocable; cuando olió que Rafa flaqueaba, fue a por él y los escasos fallos llegaron en momentos intrascendentes. Incluso se permitió dejadas sin sentido y globos imposibles cuando el partido no estaba cerrado. El Nadal que ha progresado en los últimos dos meses puede pelear con cualquiera, pero para hacerlo con «Nole» debería aparecer el mejor Rafa. Y a ese se le espera en 2016. Djokovic jugará hoy su quinta final del Torneo de Maestros, la decimoquinta consecutiva en 2015 después de igualar su parcial con Rafa (23-23) y hoy intentará cerrar un año casi perfecto.

El balance de Nadal en Londres no puede quedar tapado por su partido ante la apisonadora de Belgrado. Deja el Torneo de Maestros con tres victorias de prestigio ante otros tantos «top 10» –Murray, Wawrinka y Ferrer– y habiendo confirmado que los progresos sobre pista dura le ponen en la senda correcta para el próximo ejercicio. «He hecho un Masters muy bueno, de los mejores de mi carrera. He estado a un nivel alto todos los días, pero en la semifinal me he enfrentado a un jugador que es mejor que yo en todas las facetas. Hay que aceptar que es superior».

Después de una temporada en la que físicamente ha estado mejor que nunca, pero en la que sufrió una «lesión mental», como él mismo ha confesado, Rafa está satisfecho. «Estoy contento de acabar así, con energía positiva», comenta. Su objetivo después del Abierto de Estados Unidos era ser más agresivo, no jugar tan retrasado, restar mejor y progresar sobre unas superficies que no eran las más favorables para él. No ha habido títulos, pero las sensaciones y los resultados (dos finales –Pekín y Basilea– y una semifinal –Shanghái–) apuntan a que está en el buen camino. «Termina una temporada y hay que ser autocrítico. La realidad es que dentro de un año tan complicado a nivel mental como el que he tenido, terminar el cinco del mundo es un logro, es lo máximo a lo que podía aspirar, y eso me da fe y confianza para seguir trabajando en esta línea», asegura. El primer examen de 2016, en Qatar.