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Londres

Escañuela, adiós para salvar a Gala...

JOSÉ LUIS ESCAÑUELA dejará de ser presidente después de la eliminatoria contra Rusia larazon

Seis años y cuatro meses y medio después de ser elegido por amplia mayoría como presidente de la Real Federación Española de tenis, José Luis Escañuela abandonará el cargo el 19 de julio, el día después de la famosa eliminatoria contra Rusia. Según adelantó «Marca», Escañuela presentó ante notario su renuncia y el objetivo, su último servicio, no es otro que Gala León, su capitana de la Davis, se siente en el banquillo en el intento de regresar al Grupo Mundial.

Escañuela ha terminado por rendirse ante la catarata de acontecimientos que se han sucedido en las últimas semanas. Su inhabilitación durante un mes; la suspensión de su sucesora Olvido Aguilera; las decisiones tomadas por el Tribunal de Arbitraje Deportivo; la carta de casi todo el tenis español desde Londres reclamando su salida; la aparición de gastos de la Fundación de la Federación difícilmente justificables; el conflicto con el CSD; el divorcio con muchas de las federaciones territoriales; la dimisión no aceptada de Gala... El listado es interminable, pero el directivo sevillano parece ajeno a casi todo. La gente de su confianza se enteró por la Prensa de su adiós. Horas después de dimitir aseguró, por el mismo cauce por el que «anunció» su salida, no tener «ningún problema ni con Miguel Cardenal ni con el Gobierno de España ni con nadie». Y justificó su adiós como la última muestra de apoyo a la capitana y en la «búsqueda de que el deporte sea mucho más igualitario después de dar un paso inédito en la historia del deporte».

Escañuela, que llegó a la Federación después de la tempestuosa salida de su antecesor, Pedro Muñoz, no comprende cómo su figura se ha convertido en el «objetivo de ataques permanentes, injustos y falsos». «Me pregunto», escribe en el acta notarial, «cómo si era un perfecto ejemplo de transparencia en noviembre de 2013, ese juicio ha cambiado de la forma beligerante en la que se desenvuelve el Gobierno del Partido Popular contra mí y mi familia. Se trata de socavar la independencia federativa con una campaña de acoso permanente y para ello se han usado de forma espuria todo tipo de medios por parte del CSD» y asegura que seguirá defendiéndose de todas las acusaciones.

«Yo ya estoy fuera, así que si yo era el problema, ahora soy la solución», afirma e insiste en su peculiar argumentario principal: «El Gobierno del PP no consentirá este ataque a la igualdad y no consentirá que Gala no se siente en Rusia, ya que en todo caso no sería solo yo, sería toda la sociedad española la que de alguna manera no toleraría ese hecho».

Y ahora, ¿qué? Fernando Fernández-Ladreda, vicepresidente primero, queda al frente de la Federación y una gestora se encargará de decidir cuándo se celebran las elecciones. Hasta ayer, Fernández-Ladreda ejercía como vicepresidente primero y en su primer mensaje afirmó que su principal objetivo será «recuperar la normalidad institucional y deportiva que se perdió en los últimos tiempos». Sin embargo, el nuevo presidente, como el anterior máximo mandatario, también fue expedientado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) el 22 de mayo, debido a las denuncias presentadas por varios presidentes de Federaciones Territoriales sobre el nombramiento de Gala León como capitana del equipo nacional de Copa Davis, y también podría recibir algún tipo de sanción en el futuro.

En su primer mensaje, ajeno a todas estas cuestiones, Fernández-Ladreda lanzó una misiva para unir a una Federación, que vive tiempos revueltos: «En esa tarea, voy a contar con todos los estamentos de nuestro querido deporte y pido la ayuda y colaboración de todos para salir de la difícil situación actual, siempre teniendo como meta mantener al tenis español como uno de los máximos referentes de nuestro deporte a nivel internacional». Las elecciones están fijadas para el año olímpico, pero la situación extraordinaria por la que atraviesa la RFET podría llevar a celebrarlas este mismo año. De cualquier forma la salida de Escañuela no garantiza la paz definitiva en el tenis español.