«Sin» servicio y «sin» derecha, imposible

Nadal pierde sus cinco primeros saques y el partido ante Dimitrov. Ferrer, a semifinales

El golpe de derecha de Rafa Nadal era temido en todo el circuito porque el efecto que traía le hacía difícilmente controlable. Durante mucho tiempo dominaba a todos los contrarios, y si estos tenían el revés a una mano, como Dimitrov, pues más todavía. Pero ese golpe no apareció ayer en los cuartos de final de Pekín. La falta de regularidad (el español jugó bien en primera ronda ante Lorenzi y un rato en la segunda ante Mannarino) le llevó a perder la confianza, y entonces esa derecha temible no tiene control y se encoge o se dispara, se va fuera o a la red.

El saque de Nadal nunca ha sido el más temido, pero sí era incómodo para el rival. Tampoco se vio ayer eso. Los cinco primeros saques del español terminaron en rotura. Así, fallo a fallo, Rafa fue perdiendo la ventaja psicológica que tenía contra un oponente al que había vencido en los siete duelos precedentes. Se agarró a la pista el zurdo de Manacor, pero con eso no fue suficiente. Dimitrov, inspirado, de menos a más, venció por 6-2 y 6-4 y se ganó el derecho a disputar las semifinales contra Raonic, verdugo de otro de los españoles que seguía en el torneo, Pablo Carreño (6-4 y 6-4).

No se ha quedado el Abierto de China sin representación nacional. David Ferrer disputará la penúltima ronda contra el gran favorito, Andy Murray, tras remontar ante el joven de 19 años Zverev (6-7 [4/7], 6-1 y 7-5). El británico ha podido con el alicantino en sus seis últimos cara a cara.