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Nadal ya tiene un reto para 2014
Cae en la final del Torneo de Maestros ante Djokovic en un partido dominado por el serbio. La derrota, un aliciente más para la próxima temporada después de un año extraordinario
¡Qué temporada 2014 nos espera! Los dos mejores jugadores del mundo se encontraron en el último partido del año y la victoria fue para Djokovic. El serbio estuvo magistral. Sí, pero... Rafa está aquí de nuevo y está como nunca al final de temporada después de un año extraordinario. Nadal ha llegado donde no llegaba hace tiempo y lo ha hecho en mejores condiciones que sus anteriores Torneos de Maestros. Pero no fue suficiente. Era la segunda vez que alcanzaba la final y el reto sigue pendiente. «Nole», con un final de año explosivo, ha mostrado que la pelea por el número uno del mundo sigue abierta.
Djokovic es un robot con un talento enorme. Devuelve bolas a las que el resto sólo llegaría con dos raquetas. Y no sólo se limita a ponerla en la pista. Es capaz de tomar la iniciativa y encontrar líneas con golpes que otros sólo imaginan en sueños. Los «drives» de Rafa, «palos» a los que no llega nadie, encuentran respuesta del serbio. Su elasticidad y la velocidad con la que se desplaza por el fondo de la pista provocan que Nadal se vea obligado a buscar puntos demasiado forzados. Y, además, recupera con una facilidad asombrosa el centro de la pista. Incluso a Rafa, autor con frecuencia de golpes imposibles, las exigencias le llevan a cometer más errores de los habituales. Djokovic arrancó a lo Nadal. Se apuntó los tres primeros juegos con relativa facilidad. En el primer servicio de Rafa aprovechó la segunda bola de «break» y Nadal se vio obligado a remar contra corriente mucho antes de lo que esperaba. Para engancharse al partido, el español necesitaba uno de esos puntos que le sirven para hacer «click», para alterar la dinámica de los partidos. Una derecha, un «passing», algo... Salvó una bola de ruptura en el cuarto juego, evitó el 4-0 y reclamó el protagonismo que hasta entonces no había tenido. Le sirvió para igualar la final, pero... La resolución de los puntos decisivos, esos momentos en los que Rafa siempre juega mejor que el rival, no es la misma cuando «Nole» está enfrente. Y si el servicio no ayuda. En el primer set, Nadal estuvo por debajo del 60 por ciento en los primeros saques y cometió cuatro dobles faltas. Un lastre excesivo ante un rival al que no se puede regalar nada. En el octavo juego, en el momento justo para comprobar si había pelea o no, el serbio se inventó uno de esos puntos imposibles. Rafa voleó y «Nole» levantó una bola después de un esprint explosivo y cuando la pelota estaba a medio centímetro del suelo. No sólo la devolvió. Lo hizo con un globo que le permitió dominar el punto y certificar un «break» que le ponía en bandeja la primera manga. Por si hacía falta algo más, en un punto del noveno juego contó con la ayuda de la cinta y cerró el parcial con un «ace».
En apenas tres cuartos de hora, Djokovic demostró los motivos por los que había llegado a la final después de 21 victorias seguidas. Su físico y su tenis hacen una combinación imparable a estas alturas de la temporada. A Rafa no le quedaba otra que pelear, agarrarse a la pista con desesperación. Lo hizo durante otros tres cuartos de hora. Salvó incluso un punto de partido en el octavo juego, pero el serbio aprovechó su servicio para cerrar la final. Fue a la tercera oportunidad y con uno de esos puntos en los que Rafa tuvo que buscar las líneas porque el serbio seguía devolviéndolo todo. En dos meses, en Australia, la guerra continuará.
--RESULTADO.
Final.
Novak Djokovic (SBR/N.2) a RAFA NADAL (ESP/N.1) 6-3, 6-4.
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