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Tenis

Quién es Amanda Anisimova, la joven que dejó el tenis por salud mental y ahora jugará la final de Wimbledon

Anisimova sorprendió a la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, y se metió en la final de Wimbledon tras superar una larga pausa por depresión, en una carrera marcada por la tragedia familiar, el dolor emocional y un impecable regreso

Quién es Amanda Anisimova TOLGA AKMENEFE

Durante mucho tiempo, Amanda Anisimova no sabía si volvería a jugar al tenis. Ahora disputará la final de Wimbledon tras derrotar a la número 1 del mundo, Aryna Sabalenka. A los 23 años, la estadounidense ha logrado lo que parecía imposible. Su nombre vuelve a ocupar titulares, pero detrás del resultado hay una historia compleja, atravesada por el duelo, la ansiedad y una reconstrucción silenciosa.

De Florida al mundo, guiada por su padre

Amanda Anisimova nació en Nueva Jersey en 2001, pero su historia tenística comenzó a forjarse en las canchas de Florida, bajo el sol y la supervisión cercana de sus padres, inmigrantes rusos que habían dejado Moscú en busca de una vida mejor. Su hermana mayor, Maria, también jugaba al tenis, y fue precisamente en esas rutinas familiares donde Amanda empezó a imitar posturas, golpes y celebraciones.

Su padre, Konstantin, fue su primer entrenador y su guía en cada etapa del proceso. Desde pequeña, Amanda no solo mostró talento, sino también una madurez competitiva inusual. Tenía apenas 14 años cuando debutó en la fase previa del US Open, y con 16 ya cerraba el año entre las 200 mejores del mundo.

En 2017 conquistó el US Open junior y un año más tarde disputó su primera final profesional en Hiroshima. Pero fue en 2019 cuando irrumpió con fuerza en el circuito. Ganó su primer título en Bogotá y alcanzó las semifinales de Roland Garros con solo 17 años, tras eliminar a la campeona defensora Simona Halep. En ese momento, se convirtió en la primera jugadora nacida en los 2000 en llegar tan lejos en un Grand Slam. Todo indicaba que estaba naciendo una estrella.

Un golpe devastador, el principio del silencio

En agosto de 2019, Amanda Anisimova perdió a su padre y entrenador, Konstantin, por un infarto. Tenía 17 años y venía de alcanzar las semifinales de Roland Garros. El golpe fue inmediato, ya que se retiró del US Open y entró en una espiral de silencio. "Esto es lo más difícil que he tenido que pasar y lo más duro que me ha pasado en mi vida, y la verdad es que no hablo de ello con nadie", confesó a The New York Times. Lo intentó. Volvió a competir, ganó partidos, pero algo se había roto.

En mayo de 2023, con solo 21 años, anunció que dejaba el tenis por salud mental. "Se ha vuelto insoportable estar en torneos", escribió. Cayó fuera del top 300 y desapareció del radar. Durante ese tiempo, pintó, hizo voluntariado y viajó. "Ralenticé mi vida y eso es algo que realmente necesitaba".

Un gran regreso y una cita con la historia

Anisimova volvió al circuito en 2024 con perfil bajo y ranking modesto, pero con una nueva pasión por el tenis. "Sentía que había muchas cosas que todavía quería lograr. Ganar un Slam es una de esas cosas", contó. Su tenis, agresivo y maduro, es lo que le ha hecho recuperar consistencia. En febrero de 2025 ganó el WTA 1000 de Doha, su título más importante hasta entonces. En Wimbledon, se presentó como la número 12 del mundo, pero no como una favorita. Partido a partido, fue creciendo. Hasta que llegó la semifinal ante Aryna Sabalenka.

Fue una batalla de casi tres horas. Amanda venció 6-4, 4-6 y 6-4 a la número 1 del mundo. "Si me hubieran dicho que estaría en la final de Wimbledon, no lo habría creído", dijo. "Estaba absolutamente exhausta. No sé cómo lo logré". Este sábado se medirá a Iga Swiatek, en una final inesperada pero merecida. Gane o no, Amanda Anisimova ya ha contado una historia distinta, la de una joven que dejó el tenis para sobrevivir y regresó para pelear por todo.