Un error, pero aprobado

Aunque falló en el gol de Sergio Ramos, Clattenburg supo llevar bien el partido

El colegiado inglés Mark Clattenburg tuvo una buena actuación en la final de Milán a pesar de que pudo haber quedada marcada por un error, imputable más a su asistente que a él, ya que dio validez al gol de Sergio Ramos, conseguido en posición antirreglamentaria.

Dirigió el encuentro muy tranquilo desde su inicio, intentando transmitir esa serenidad y tranquilidad a los jugadores y consiguiéndolo, ya que ambos equipos se comportaron con mucha deportividad, facilitándole la dirección del encuentro. Siguió el juego a cierta distancia, pero siempre manteniendo una buena posición que le garantizaba tomar las decisiones de forma acertada.

Aplicó un criterio sancionador adecuado a una final, dejando jugar en el inicio del encuentro para después, según avanzaba el partido, sancionar todas las faltas que se producían, aunque aplicó bien la ventaja en las pocas ocasiones que se le presentaron. Sólo amonestó pronto a Carvajal, pero la acción fue clara y sin discusión, una entrada a Griezmann en la que llega tarde. El delantero del Atlético se adelantó y fue derribado con dureza. El árbitro dedicó unos segundos a charlar con el lateral del Real Madrid para explicarle el motivo por el que le había amonestado.

En general, el colegiado se mostró dialogante con los jugadores. A Carvajal no fue al único al que le explicó sus decisiones. No necesitó de excesivas tarjetas para hacerse con el control del partido. Eso sí, alguna se la dejó guardada.

El mejor escribiente echa un borrón y Clattenburg lo echó en el gol conseguido por Sergio Ramos, pero lo enmendó al sancionar acertadamente un penalti de Pepe, que zancadillea claramente a Fernando Torres dentro del área. El atacante rojiblanco se adelantó a la acción y fue objeto de falta clara.

Su actuación, así como el partido (más emocionante por el resultado que de calidad), no pasará a los anales de las finales de la Liga de Campeones, pero sin duda figurará en su curriculum. A priori, no era el colegiado adecuado, pero a posteriori se puede decir que a pesar del error su actuación ha sido buena y sin duda no ha influido en el resultado final.