Sevilla

Una lucha de 1.000 kilómetros

Una lucha de 1.000 kilómetros
Una lucha de 1.000 kilómetroslarazon

Al acabar el curso, los alumnos de José Manuel Bernal le regalaron una camiseta: «Maestro, corremos contigo» y Bernal se la ha puesto un par de veces en su largo camino desde Carrión de los Céspedes, en Sevilla, hasta Santiago de Compostela, (1.016 kilómetros9 en 23 etapas, en bici y corriendo, que terminan mañana, exhaustos, felices y casi sorprendidos de su capacidad para resistir el dolor y el esfuerzo. Él y José Pérez Benítez, habituales corredores de maratón y de ultra-maratones decidieron hacer el camino de Santiago, pero de otra forma, pero a su manera. Y se propusieron ser solidarios: que la gente comprase kilómetros, es decir, que se done dinero para la ayuda contra el cáncer en la cuenta de La Caixa: ES71 2100 8378 9501 0003 8741. También han ayudado su patrocinadores: Construcciones Alberto Bernal, Bar El Paraíso. Leal metal y Monferve.

Ya han superado los 9.000 y esperan llegar a los 10.000 con el último esfuerzo de la última etapa, la que termina en Santiago, que pone fin a una aventura increíble, a veces inhumana. «Lo peor- cuenta Bernal desde el teléfono, sin voz de estar agotado- son estos últimos días, los caminos de Galicia, que son más complicados incluso para quien va en bici, porque hay que tirar de ella». Han dividido la expedición en 23 rutas, la más corta de 28 kilómetros, la más larga de 52, y hacen, turnándose, la mitad a bici y la mitad andando. Han pasado frío, calor, han creído que no llegaban, han temido las lesiones, la descomposición intestinal, no dormir en el albergue, y todo lo han superado. «Se nos ha hecho duro», reconoce Bernal. Los dos protagonistas van acompañados por un conductor de furgoneta, que les lleva el material y un fotógrafo. Relatan el día a día en la página «Camino contra el cáncer», en Facebook y cada día, en cada pueblo, van sumando seguidores, van conociendo gente que les anima, le pide que resistan o, al fin, que se emocionan. «Fue en las primeras etapas», cuenta Bernal. «En un albergue nos encontramos con un peregrino que hacía el camino en bicicleta. Le contamos lo que hacíamos y él nos contó que hace un año había superado un cáncer testicular».

Decidieron correr contra el cáncer porque todo el mundo conoce o conocerá o vivirá una experiencia, una lucha contra el cáncer, una palabra que hasta hace poco ni siquiera se escribía cuando alguien moría por esa razón. «Queremos ayudar a sensibilizar a la gente». Lo han conseguido, sobre todo en Carrión de los Céspedes, su pueblo, su punto de partida, un lugar que vive estos días pegado a la red, a la espera de las últimas noticias de su aventura. «Te van a poner una calle», le dice a Bernal un vecino. Él se lo toma a broma, mientras intenta descansar. Es lo que hacen por las tardes: tumbarse, estirar, aplicarse hielo: no gastar fuerzas, que todo pesa, que ya no les queda nada. Esta tarde estaban a poco menos de 50 kilómetros de Santiago.

«¿Dónde?», pregunta el periodista,

«Esto, no lo sé, ¿dónde estamos? Espera que no se acuerdan. Estamos cansados. ¿Dónde? En Silleda»

Tan cerca de la hazaña.