Una minoría dos veces silenciosa

Son madridistas, viven en Gerona y el domingo, dos días después de que el Senado debata el 155, van a ir a ver al Madrid a un campo lleno de esteladas.

«Nosotros ya estamos curados de espantos», dice Isidoro Conejero, presidente de la peña madridista en Cassa de la Selva, un pueblo cercano a Gerona, donde, asegura, el «80% de la población es independentista». Él se siente español y es del Real Madrid, es decir, que no se puede ser de una minoría más silenciosa estos días en Cataluña. «Ser del Madrid siempre se lleva mal», continúa Isidoro, «enseguida te dicen que ‘‘eres un facha’’». Esa palabra, que tanto se utiliza en estos momentos y que por eso está perdiendo cualquier significado también la utiliza Carlos García, presidente de la Coordinadora de peñas madridistas de Cataluña. «Enseguida te sacan a Franco, cuando el Barcelona le dio dos medallas».

El Madrid no juega en Barcelona, pero sí lo hace en Gerona, la ciudad de Puigdemont, por primera vez en Liga, ya que es la primera temporada del equipo de fútbol en la élite. El encuentro es el domingo; el viernes, el Senado habrá debatido el 155. «En el campo va a haber esteladas, siempre las ha habido, lo que queremos es que la gente vea el fútbol, a hacer política que vayan a otro sitio», dice a este periódico Pepe Sierra, presidente de la Federación de Peñas del Girona y también madridista, aunque el domingo querrá que pierdan los blancos, «que ya pinchará el Barcelona, que no está jugando bien».

Cuando el Barcelona jugó allí, la grada se llenó de esteladas y todo parece indicar que este domingo va a haber muchas más. La situación, el rival y la fecha no dejan indiferente a nadie. «El día del referéndum pensamos que era mejor que el Girona jugase fuera, pero me parece que que juegue en casa este fin de semana y contra el Madrid, va a ser peor», continúa Sierra. Ayer estuvo haciéndose fotos con Bibiano, el presidente de la Peña madridista de Gerona y ambos pidieron que no hubiera política. Después de hablar, Sierra pasa el teléfono a Bibiano. Y se presenta: «Yo soy del Madrid de antes de venir a Gerona a principios de los años 70. Soy extremeño y español de pura cepa. Yo no escondo que soy del Madrid y cuando voy a la playa llevo mi toalla del equipo», cuenta.

Isidoro Conejero sabe que «todo ahora es más complicado», pero no por eso va a dejar de disfrutar del fútbol. «Aquí estamos bien», continúa, y el domingo tiene 18 entradas para ver el partido y animar, sin duda, al Real Madrid. «Sí, va a haber muchas esteladas. Nosotros vamos a ir con banderas españolas, a ver si nos dejan pasar». Cuando el Girona no estaba en la élite fue a un partido con banderas españolas sin ningún problema. Esta vez no tiene muy claro lo que pasará porque la incertidumbre es continua.

Ya no son tiempos calmados, ahora parece que todo se fuese a romper. El Real Madrid, por logística y por seguir la misma pauta que cuando va a lugares donde puede haber problemas, no va a llevar el autobús oficial, ése con el que se mueve casi siempre, con el que es imposible pasar inadvertido. Grande, blanco, con el escudo, escoltado además por las Fuerzas de Seguridad. Una diana perfecta para quien quiere tirar piedras. Ese autobús que no lleva a San Mamés ni a los clásicos y que tampoco va a ir a Gerona.

En el club están convencidos de que el ambiente va a ser hostil, porque es una zona donde la gran mayoría son del Barcelona y también independentistas. «La situación anima a que los independentistas vayan al campo. Yo como responsable de las peñas del Girona creo que es un día para ser apolítico», continúa Pepe Sierra, «queremos que el campo sea rojiblanco», insiste, recalcando los colores del equipo local. Quieren que haya fútbol y que los madridistas estén tranquilos en la grada. «Tengo 7 y 7 años», cuenta Bibiano para no decir de una tirada que tiene 77 años. «Y el domingo voy a ir con mi camiseta del Real Madrid».