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Derechazo a la intolerancia

Álex González protagoniza «Alacrán enamorado», basada en la novela de Carlos Bardem

Derechazo a la intolerancia
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El rodaje de «Alacrán enamorado» duró siete semanas, pero Álex González llevó los guantes de Julián trece meses antes. Aun así no fue adquirir la condición física y el gancho de un púgil profesional lo que más inquietó al protagonista, sino prepararse para el viaje sentimental que realiza el protagonista: de cachorro nazi a compartir cama con una mulata y guantear con un africano. Por eso, aunque sus películas de boxeo preferidas sean «Toro salvaje» (1980) y «The Boxer» (1997), admite que le han inspirado más «La soledad del corredor de fondo» (1962) y «El odio» (1995). «Mi primera lectura de la novela fue un poco superficial y me dejé llevar por el envoltorio, que era muy atrayente: ponerme en la piel de alguien con una ideología muy diferente a la mía. Pero el trabajo duro fue cuando tuve que empezar a indagar en ese mundo y, sobre todo, a no juzgar a Julián», admite el actor.

La verdad de Zannou

Lo bueno es que el guionista (Carlos Bardem) estaba a unos pocos metros, tan pocos que protagoniza varias secuencias con él, porque interpreta a Carlomonte, uno de los entrenadores del gimnasio: «Tener a la célula madre del proyecto interpretándolo ha sido un regalo. Pues era como poseer una enciclopedia a la que puedes acudir tantas veces como quieras», continúa, y traza las similitudes entre los personajes y las personas: «Carlos Bardem, como Carlomonte con Julián, también creyó desde el principio». Incluso desde antes de que su novela tuviera la apariencia de guión.

El otro apoyo, además de Miguel Ángel Silvestre (al que llama hermano), fue el director, Santiago Zannou (que debutó con la sorprendente «El truco del manco», que rezumaba verdad urbanita). «Santiago tiene esa forma de trabajar en que todo debe ser muy real. Es muy exigente y duro, pero no de forma gratuita. Tiene un gran respeto por el cine y nunca se le va de la mente que si alguien paga diez euros por una entrada no se le puede dar cualquier cosa».